Martes, 15 de septiembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE EE.UU. CONTINúA CON EL BLOQUEO A CUBA TRAS DAR OTRAS SEñALES
La decisión del mandatario de renovar las sanciones se produce pese al llamamiento de la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional de dar un paso en dirección opuesta.
Barack Obama prorrogó el embargo a Cuba. El presidente de Estados Unidos dispuso extender un año más el bloqueo comercial y financiero impuesto a la isla hace casi 50 años, en una decisión rutinaria de los mandatarios pero que en este caso se contrapone con algunos pasos de apertura de la administración demócrata para con la isla.
Obama envió una orden al Departamento de Estado, en la que reveló que decidió “la continuación por un año” del bloqueo, medida que “está en el interés nacional de Estados Unidos”, y que se dispuso justo cuando vencía la prolongación decretada hace un año por su predecesor, George W. Bush. La denominada Ley Contra el Comercio con el Enemigo, vigente desde 1917, prohíbe cualquier intercambio con los países considerados una amenaza y actualmente sólo afecta a Cuba. Esta ley dio origen en 1963 al embargo contra la isla, conocido oficialmente como Regulaciones de Control de los Bienes Cubanos. En 1977, la ley fue reformada para que fuera aplicada tan sólo en situaciones de guerra y de emergencia nacional. Como el embargo contra La Habana era previo a esa reforma (1963), Cuba siguió en la lista, aunque el presidente tiene que renovarla anualmente. Así, desde mediados de los ’70 su aplicación es una decisión rutinaria de los presidentes estadounidenses.
Corea del Norte estaba también afectada por esta ley hasta junio de 2008, cuando el presidente George W. Bush borró a dicho país de la lista, después de que el régimen de Pyongyang se comprometiera a diversos pasos para desmantelar su programa nuclear.
El embargo económico de 1962 fue endurecido sucesivamente en 1992 y 1996, y luego suavizado nuevamente por una enmienda que autorizó, a partir de 2000, la venta de productos agrícolas y medicinas –bajo condiciones– al gobierno comunista cubano.
El bloqueo, el más prolongado que haya conocido la humanidad, es señalado por las autoridades de la isla como un acto de genocidio, tiene un curioso carácter extraterritorial y generó un dato asombroso: siete de cada 10 cubanos nacieron y vivieron “bloqueados”.
La medida fue formalmente impuesta en febrero de 1962, y dispuso el embargo total del comercio entre EE.UU. y Cuba, aunque la potencia de América del Norte ya venía imponiendo desde 1959 sanciones económicas a la joven revolución. Después, aquella primera proclama de 1962 se fue reforzando y complementando con otras normas: la llamada Ley Torricelli, de 1992; la Ley Helms-Burton, de 1996; las restricciones a visitas familiares decididas por George Bush –ahora flexibilizadas por Obama– y la Ley de Asignaciones Presupuestarias de 1999, que puso en jaque los derechos de propiedad intelectual y de marcas.
La renovación del bloqueo ocurre a días de otra Asamblea General de la ONU que en los últimos años, por iniciativa de La Habana, condenó mayoritariamente la medida que, según Cuba, le generó ya pérdidas por cerca de 90 mil millones de dólares en las pasadas décadas.
La organización humanitaria Amnistía Internacional había pedido a principios de semana a Obama que no renovara las sanciones contra la isla previstas en el Acta de Comercio con el Enemigo, como un “primer paso” de Washington hacia el desmantelamiento del embargo. “Esta es la oportunidad perfecta para que el presidente Obama se distancie de las fracasadas políticas del pasado y envíe un mensaje fuerte al Congreso sobre la necesidad de poner fin al embargo”, señaló la secretaria general de AI, Irene Khan.
Pese a que el gobierno de Obama dio pasos importantes en su búsqueda cauta de un diálogo con La Habana, por el momento no dio señales de tener intención de acabar con el bloqueo de manera más o menos inmediata. En rigor, la denominación misma de “embargo” –usada por EE.UU. y sus aliados– o “bloqueo” –que elige Cuba y los países críticos de la medida– ya es polémica.
Bajo el gobierno de Obama, Estados Unidos eliminó en los pasados meses la prohibición para cubano-norteamericanos de viajar de forma ilimitada a Cuba y de enviar remesas, una medida que amplió a familiares no sólo inmediatos de residentes en la isla. Además, la Casa Blanca eliminó sanciones para promover un mayor flujo de telecomunicaciones con la isla y meses atrás retomó las conversaciones sobre migración, a las que se prevé en breve sigan negociaciones para restaurar el servicio postal directo entre ambos países interrumpido hace más de cuatro décadas.
Washington también apoyó la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio de permitir el regreso de Cuba al organismo, tras una exclusión de más de cuatro décadas, aunque las autoridades de La Habana dejaron en claro que no tienen interés en regresar al sistema interamericano.
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