El ex guerrillero José Mujica y el ex presidente liberal Luis Lacalle pusieron punto final ayer a sus respectivas campañas hacia el ballottage presidencial del domingo en Uruguay, en el que el primero aventaja al segundo por un margen de entre ocho y seis puntos. A escasas horas del inicio de la veda electoral en la medianoche de anoche, las fórmulas Mujica-Danilo Astori, de la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio (FA), y Lacalle-Jorge Larrañaga, del Partido Nacional (PN, centroderecha), queman sus últimos cartuchos antes de llamarse a silencio. El FA recolectó alimentos no perecederos para los damnificados por las inundaciones que afectan al norte del país, realizó un “banderazo” en el centro de Montevideo con un estandarte de la coalición (rojo, azul y blanco) de varias cuadras de extensión y una movilización en la playa Ramírez, a escasas cuadras del centro, con bailarines de tango y fuegos artificiales incluidos. Mientras, el PN se concentra sobre el final de la tarde en la céntrica Plaza Independencia para colocar una ofrenda floral al prócer uruguayo José Artigas y luego realizar un acto público.

Los cierres de campaña parecen reflejar los estados de ánimo de las dos fórmulas: en la del FA, triunfalismo, mientras que la del PN, pese a que afirma que “todavía no es demasiado tarde” y apuesta a una “revolución silenciosa”, sabe, como ha dicho el propio Lacalle, que en el partido “somos viejos amigos de la derrota”.

En efecto, las encuestas divulgadas en las últimas horas no dan lugar a muchas dudas. Todas las encuestadoras dan por ganadora a la fórmula Mujica-Astori sobre el tándem Lacalle-Larrañaga, con un mínimo porcentaje de indecisos. Al ser consultados ambos candidatos por el semanario Búsqueda sobre cómo imaginan los próximos cinco años si gana el rival, Lacalle respondió “incertidumbre”, mientras que Mujica dijo: “Cinco años razonables, no tan buenos como si pierde”.