Lula sigue de gira por Centroamérica. El mandatario brasileño llegó ayer a Haití para expresar su apoyo a las autoridades y al pueblo tras el devastador terremoto que azotó a la isla el pasado 12 enero, al tiempo que firmó varios acuerdos bilaterales de colaboración en materia de educación y agricultura. En su visita, de pocas horas, el presidente instó a que se condone la deuda externa haitiana con el objetivo de lograr la pronta rehabilitación del país caribeño frente a la comunidad financiera mundial. La última escala de su viaje será la visita oficial a El Salvador, donde se espera que llegue hoy para ser condecorado por su colega Mauricio Funes.

“Estamos dispuestos a hacer todo lo que sea necesario para poder reconstruir Haití. Nuestro viaje es para demostrar nuestra solidaridad y para pedir por ellos. Necesitamos hacer gestiones ante el Fondo Monetario Internacional, ante el Banco Mundial, para que el mundo perdone su deuda de 1300 millones de dólares”, expresó el presidente brasileño tras su llegada a Puerto Príncipe. “Eso no aliviará la situación inmediata, pero permitirá que este país vuelva a ser sujeto de crédito ante la comunidad financiera internacional”, destacó Lula en lo que fue su tercera visita al país antillano en sus ocho años de mandato.

Tras el terremoto, Brasil autorizó una asistencia financiera de 15 millones de dólares, envió 343 toneladas de alimentos y 51 toneladas de agua, al tiempo que instaló un importante hospital de campaña. “El compromiso con Haití no es nuevo ni circunstancial. Teníamos programas de bienestar social, compra y distribución de alimentos, pero con el sismo modificamos la asistencia para atender las necesidades urgentes de atención médica, agua y alimentos”, precisó el integrante de la delegación presidencial y ministro de desarrollo Social brasileño, Patrus Ananias.

Con su pedido, el mandatario brasileño se sumó a lo dicho la semana pasada por el líder francés Nicolas Sarkozy, que pidió por la condonación de la deuda externa haitiana con el Club de París, calculada en aproximadamente 214,8 millones de dólares.

La llegada de Lula a Puerto Príncipe fue gratamente recibida por el presidente René Préval. Juntos sobrevolaron en helicóptero la capital haitiana, donde repasaron los daños causados por el sismo de 7 grados de intensidad en la escala Richter, que causó la muerte de más de 217.000 personas el mes pasado. Posteriormente, los mandatarios firmaron cuatro acuerdos de cooperación, dirigidos a fortalecer la educación superior, la capacitación de educadores, la construcción de cisternas para la provisión de agua y el fortalecimiento de la agricultura familiar.

Brasil no sólo pretende ayudar en la reconstrucción del país, sino que también quiere extender su experiencia para crear una red social de contención que sirva como vía de salida de la pobreza a la población, afirmó la delegación petista. El 80 por ciento de los habitantes de Haití se encuentran hoy en una situación de extrema precariedad, según revelan los últimos datos oficiales. Por esto, el gobierno brasileño creará un programa de apoyo a pequeños agricultores familiares, que incluye la construcción de sistemas de captación de agua en cisternas. “En vez de enviar alimentos desde Brasil, queremos que los pequeños agricultores haitianos los produzcan para satisfacer las necesidades de la población”, señaló Lula.

La intención de retomar un proyecto de reconstrucción de una planta hidroeléctrica en la región de Mirebalais, ubicada a 60 kilómetros de la capital haitiana, fue también analizada en las conversaciones bilaterales. “Lo importante es fortalecer el gobierno de Haití, porque es a través del gobierno que podemos hacer la política de solidaridad”, concluyó el mandatario brasileño.

El rally de Lula terminará hoy con la visita de dos días a El Salvador, donde se encontrará con su colega Manuel Funes, en la que será la primera vez que un gobernante extranjero llega al país desde que el líder del Frente para la Liberación Nacional asumió el poder, el 1º de junio pasado. Allí, ambos mandatarios firmarán varios acuerdos de cooperación en ámbitos sociales, técnicos y financieros, al tiempo que Lula será condecorado con la Orden Nacional salvadoreña en un cena de honor prevista para él y su comitiva.

La llegada del líder del PT marca una nueva era en las relaciones de este pequeño país con el gigante sudamericano. Brasil otorgará un préstamo por 500 millones de dólares, destinado a financiar programas sociales y a modernizar el sistema de transporte público en El Salvador, al tiempo que otro punto importante de la agenda será el tema energético, en el cual el país centroamericano intentará mejorar las condiciones de acceso a los biocombustibles provistos por Brasil.

Los préstamos provenientes de Lula representan un fuerte espaldarazo a la economía salvadoreña. La misma atraviesa hoy una dura coyuntura frente al éxodo masivo de sus fuentes de financiamiento.