La Corte de Casación italiana declaró ayer la prescripción del delito de corrupción por el que fue condenado en 2009 el británico David Mills, ex abogado del jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi. Mills fue condenado a cuatro años y medio de cárcel en primera y segunda instancia por un caso de falsos testigos en dos juicios celebrados en los años ’90 contra la empresa Fininvest, holding de la familia Berlusconi. La decisión del Tribunal Supremo también se extendería a la causa que enfrenta el jefe de gobierno italiano, acusado de haber sobornado al abogado con 600.000 dólares.

La más alta instancia judicial italiana consideró que Mills es culpable de corrupción judicial, que mintió en sus declaraciones y que cobró el soborno de Il Cavaliere. Pero el delito se consumó el 11 de noviembre de 1999 y no en febrero de 2000, como se sostuvo en las previas sentencias, con lo cual los diez años que fija la ley para las causas penales han provocado la prescripción y, por tanto, el delito deja de correr.

El plenario de Casación acogió la tesis presentada por Gianfranco Ciani, asistente fiscal de la misma, quien sostuvo que el plazo de vencimiento de los delitos imputados al abogado se había cumplido, ya que éste fue cometido el 11 de noviembre pasado, fecha en que el imputado transfirió la suma de 600.000 dólares a una cuenta bancaria off-shore y no el 29 de febrero de 2000, tal como lo estableció la segunda instancia en Milán.

“Estamos satisfechos. Ahora hay que esperar la sentencia escrita, ya que puede reconocer atenuantes a la responsabilidad de Mills”, declararon ayer los abogados defensores del británico, Alessio Lanzi y Federico Cecconi.

La fecha exacta de la corrupción marca un giro en la causa mantenida contra el abogado. Pero más relevante que esto es que los cargos contra Berlusconi también podrían quedar sin efecto, siendo el jefe de Estado probablemente beneficiado por el nuevo fallo, según estimaron analistas judiciales.

Il Cavaliere, coimputado en el proceso original contra Mills, mantiene el juicio suspendido hace más de un año, tras la adopción de la ley de inmunidad conocida como Laudo Alfano, la cual impedía procesar a los altos cargos del Estado. La declaración de inconstitucionalidad dada por el Tribunal Supremo en octubre de 2009, sin embargo, reabrió la causa, y este sábado estaba previsto el reinicio del proceso contra el mandatario.

La noticia no podría haber llegado en un mejor momento. La posibilidad de la prescripción anularía una futura condena contra Berlusconi, liberándose así una vez más de las múltiples acusaciones que pesan contra él.

Para la oposición, el fallo de Casación demuestra que el delito efectivamente existió, pero que Berlusconi se libró de ser castigado “a causa de los consabidos trucos legales que recurrentemente utiliza”, según advirtió ayer el líder del partido Italia de los Valores (IDV), Antonio Di Pietro. “No nos preocupa. La condena moral contra Berlusconi sigue vigente”, subrayó por su parte el jefe de la bancada del IDV, Massimo Donadi.

En tanto, el fallo fue celebrado desde el partido oficialista, el Pueblo de la Libertad (PDL). “La decisión de Casación demuestra que los magistrados de Milán que condenaron a Mills fueron derrotados en su mismo campo, y su derrota pone en serias dificultades a quienes piensan usar la Justicia para neutralizar a sus adversarios políticos”, aseguró Fabrizio Cicchi-tto, legislador de Berlusconi, mientras que fuentes cercanas al premier refirieron la victoria que esto implica frente a la persecución judicial de la que es víctima el mandatario.

Por lo pronto, Mills, quien se encuentra en Londres, fue condenado a indemnizar con 250.000 euros a la jefatura de gobierno por perjudicar su imagen, delito que no prescribe.