Viernes, 26 de febrero de 2010 | Hoy
EL PAíS › CARRIO AMENAZO CON NO IR A LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y SE ARREPINTIO
La líder de la CC advirtió que si el kirchnerismo no garantizaba que se sentaría a sesionar no había que ir a la inauguración de las sesiones ordinarias. Sus socios no la acompañaron. En el Senado, el oficialismo espera que la oposición tenga quórum.
Por Sebastian Abrevaya
Después de quedarse sin quórum para imponer el reparto de las comisiones en la Cámara alta, los senadores de la oposición se internaron en un sinfín de reuniones y conversaciones para dilucidar cómo alcanzar los 37 votos el miércoles próximo y así derrotar al Frente para la Victoria. “Vamos con los 36 senadores y con la misma propuesta. No hay modificación ni habrá ninguna negociación”, sentenció el jefe de la bancada radical, Gerardo Morales, lo que daba cuenta de que todavía ayer no podían garantizar lo que prometieron durante semanas. En paralelo, su socia y líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, amenazó con un faltazo opositor a la apertura de sesiones ordinarias del próximo lunes, pero luego de que ninguna fuerza opositora acompañara la idea tuvo que dar marcha atrás en cuestión de horas. Mientras tanto, los peronistas disidentes Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero quedaron a cargo de la tarea más difícil: asegurar la presencia en su banca del ex presidente Carlos Menem, el hombre clave de todo el entuerto (ver aparte).
La oposición analiza una alternativa. Por un lado, convencer al senador riojano para que se siente en el recinto el próximo miércoles y, por el otro, apuesta a que, si no lo consigue, la falta de actividad parlamentaria se vuelva insostenible para el oficialismo, forzándolo a sentarse en sus bancas. En este escenario, hasta que no se resuelva definitivamente la situación de Menem, ni oficialistas ni opositores se moverán de sus posturas iniciales: el Frente para la Victoria no bajará a dar quórum a menos que se renegocie la composición de las comisiones y la oposición no modificará su decisión de ser mayoría (8 miembros de 15) en las 25 comisiones. El reclamo oficialista no está muy lejos de la propuesta opositora, pero sí es decisivo para el funcionamiento del Senado. Exigen tener un senador más en las cinco comisiones que consideran “de gobierno”.
La única que proponía redoblar la presión sobre el kirchnerismo era Carrió, con su amenaza de no participar el próximo lunes de la inauguración de la Asamblea Legislativa que hará la presidenta Cristina Kirchner. “Nosotros tenemos que hablar con las autoridades de cada cámara diciendo ‘vamos a la Asamblea Legislativa si se garantiza el funcionamiento de las sesiones’, porque qué sesiones va a inaugurar la Presidenta si al mismo tiempo las impide”, argumentó Carrió.
Pero al tiempo que tildó de “ingenuos” a los senadores que negociaron con el oficialismo –principalmente a Morales, su mayor socio político–, Lilita tuvo que rever la idea del faltazo, ya que apenas podría movilizar a su única senadora, María Eugenia Estenssoro, y a una veintena de diputados nacionales que le responden, algo que a duras penas se notaría entre los más de 320 legisladores que integran la Asamblea Legislativa. “Nuestra posición de repensar esa cuestión era un acto de solidaridad por lo que había pasado en el Senado. Pero algunos senadores no entienden ni eso”, dijo Lilita, casi despechada. La diputada Patricia Bullrich aclaró que lo que ahora van a considerar es la posibilidad de retirarse del recinto si las palabras de la Presidenta son consideradas como “una agresión”.
Desde el kirchnerismo, el jefe de la bancada Miguel Pichetto insistió ayer con los argumentos que expuso antes de retirarse de la sesión: “No tienen la mayoría, no tienen el quórum. Hay un número muy parejo en la composición de los dos sectores: el oficialismo tiene 35 y la oposición, toda junta, 36. Es necesario un acuerdo más razonable. Ellos nos imponían mayoría en todas las comisiones, una actitud muy arbitraria, muy autoritaria, de imposición. Por eso no hubo diálogo”, sostuvo Pichetto.
Fuentes del kirchnerismo estimaban que la situación se podría solucionar recién el martes a la noche, cuando esté totalmente resuelta la situación de Menem, con quien aseguraban no tener contacto alguno. Mientras tanto, Pichetto hizo públicamente una invitación a senadores del PJ disidente, como el pampeano Carlos Verna, para tratar de acercar posiciones. Sin embargo, el acuerdo alcanzado por los 36 senadores parece difícil de revertir. En el FpV especulan que la inminencia de un eventual segundo fracaso el próximo miércoles los va a obligar a sentarse a hablar. En los cálculos kirchneristas, el daño que puedan provocar las encendidas críticas opositoras no se compara con la concreción del escenario institucional presentado por el acta de la oposición.
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