El mandatario chino, Hu Jintao, pidió adelantar todo para volver anoche a su país, sumido en una catástrofe natural.
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Luiz Inácio Lula da Silva llamó ayer a construir un nuevo orden mundial más equilibrado y representativo, rodeado de los mandatarios de las principales economías emergentes. Los líderes de China, Rusia, India y Sudáfrica coincidieron en Brasilia para dos cumbres, la del grupo Bric, que incluye a Brasilia, Moscú, Bombay y Beijing, y las del grupo Ibsa, que integran Sudáfrica, India y Brasil. La agenda era amplísima y cada país venía con sus propios intereses, pero un tema se impuso por sobre todos: Irán. Lula explicó su posición y buscó apoyos a su rechazo a las sanciones impuestas por Estados Unidos y las potencias europeas contra el programa nuclear iraní. Sin embargo, la palabra Irán ni se mencionó en la declaración final. En cambio, Lula optó por resaltar otro consenso. “Estamos unidos contra el terrorismo”, enfatizó el anfitrión.

Ni el mandatario chino ni el ruso quisieron sumarse abiertamente a la postura brasileña sobre el tema iraní. El único que habló de forma explícita fue el canciller de Lula, Celso Amorim. “Hubo un intercambio de ideas sobre cómo marcha el proceso, sobre la mejor forma de encontrar una solución pacífica y negociada. La convicción que tenemos es la de que todavía es posible intentar un diálogo y nuestra impresión es la de que la visión de ellos (los mandatarios chino e indio, Hu Jintao y Manmohan Singh) es la de que la eficacia de las sanciones es muy discutible”, señaló Amorim a la prensa.

Los que sí lo incluyeron en la declaración final fueron los países del Ibsa, es decir, Lula, Singh y Jacob Zuma. “Reiteramos la necesidad de una solución pacífica y diplomática a la cuestión iraní”, coincidieron los tres mandatarios.

La cumbre del Bric y los encuentros mano a mano debían realizarse hoy, pero el mandatario chino Hu Jintao pidió adelantar todo para volver anoche a su país, donde los rescatistas aún buscan a las víctimas del terremoto, que dejó al menos 760 muertos. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, llegó recién hacia el final de la tarde a la capital brasileña, proveniente de Buenos Aires. Primero se reunió a solas con Lula y luego fueron juntos a la cumbre del Bric.

Mientras esperaban la llegada del líder ruso, Lula avanzó con las reuniones bilaterales; primero con Hu y luego con el primer ministro indio. “Queremos promover un orden internacional más justo, equitativo, equilibrado e inclusivo, en un renovado multilateralismo”, expresaron el brasileño y su par chino, en un comunicado conjunto, después de su encuentro a puertas cerradas.

En el campo económico, los dos países acordaron impulsar las conversaciones con miras al fomento del uso de monedas locales en el intercambio comercial, que el año pasado totalizó 36 mil millones de dólares. China, en los últimos años, sobrepasó a Estados Unidos y se convirtió en el primer socio comercial de la potencia sudamericana. Con Singh, Lula también discutió la relación comercial bilateral y los dos se comprometieron a impulsar la diversificación del comercio bilateral. La meta que se impusieron fue alcanzar los 10 mil millones de dólares a finales de este año, casi el doble de los 5600 millones de dólares registrados en 2009.

Los cuatro países del Bric representan las principales economías emergentes del mundo. Entre 2000 y 2008 sumaron cerca del 50 por ciento del crecimiento económico mundial y hoy concentran el 40 por ciento de la población y el 16 por ciento del PIB del globo.