El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se reunió con gobernadores electos para afinar la campaña para el ballottage del 31 de octubre. La candidata oficialista, Dilma Rousseff, y el socialdemócrata José Serra compiten para ganar los votos del Partido Verde, la fuerza que salió tercera en la elección presidencial del domingo.

Desde el domingo Lula no hacía declaraciones sobre los comicios, pero ese silencio se tradujo en acción. El mandatario brasileño estuvo ayer reunido con gobernadores afines para fortalecer la carrera de Dilma Rousseff hacia el Palacio del Planalto. “El presidente les pidió a los gobernadores que no desmonten sus comandos de campaña y que mantengan todas las estructuras para volcarlas a favor de nuestra candidata”, explicó el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, que ofició de vocero del encuentro.

Además de utilizar las estructuras partidarias, el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) tendrá que hacer todos sus esfuerzos para acaparar a los votantes de la ambientalista Marina Silva, que obtuvo el domingo el 19,3 por ciento de los votos, pero que no le alcanzó para colarse en la segunda vuelta. Según Padilha, el mismo Lula podría participar de las conversaciones con su ex ministra de Medio Ambiente, con quien mantiene una estrecha amistad desde hace 30 años. “El presidente y todo el mundo va a conversar con Silva. Todos los ministros del gobierno como los gobernadores que fueron colegas de Marina van a tener conversaciones con ella”, reconoció el ministro de Relaciones Institucionales.

Silva militó durante tres décadas en el PT pero el año pasado renunció a la fuerza de Lula para afiliarse al Partido Verde. En 2008, había renunciado a la cartera de Medio Ambiente por discrepancias con Dilma Rousseff, que en ese entonces era la jefa de Gabinete. Aun así, en el PT tienen esperanzas de que su ex compañera incline la balanza hacia ellos. “Entendemos que el electorado que el domingo votó a Marina tiene mucha identidad con nuestra historia”, afirmó Eduardo Campos, que fue reelegido como gobernador del estado de Pernambuco con el 82 por ciento de los votos. El político del Partido Socialista Brasileño (PSB, aliado del PT) actuó como portavoz de los gobernadores que ayer se entrevistaron con el presidente y dijo que creían que Rousseff tiene un enorme potencial de crecimiento en lo que respecta al caudal de votos. Además, Campos confirmó que los jefes de Estado provinciales atenderán al pedido de Lula. “Pondrán la campaña en todas las calles para movilizar a la militancia”, agregó.

Según el Tribunal Superior Electoral de Brasilia, los aliados de Lula ganaron las elecciones para gobernadores en once de los 27 estados del gigante del sur. La oposición tuvo una cosecha más magra, de seis gobernaciones, pero logró hacerse con los poderosos San Pablo y Minas Gerais. En los otros estados, los candidatos no lograron superar el umbral del 50 por ciento y deberán verse las caras nuevamente en el ballottage.

Lo mismo ocurrirá con Serra y Rousseff, que también hacen campaña por la red social Twitter. “Además de los gobernadores, agradezco de corazón a los senadores, diputados, líderes políticos y militantes que están trabajando a nuestro lado”, dijo la economista, que sacó el domingo el 46,9 por ciento de los votos. Serra también arengó a sus seguidores desde Internet: “Vamos a continuar con este ritmo en el segundo turno”, escribió. “Vamos a caminar juntos por la victoria”, destacó el candidato que obtuvo el 32,6 por ciento de los votos.

Para asegurar la victoria, en las filas del PT están evaluando sacar de su programa electoral la legalización del aborto, que ya causó tensiones con la Iglesia Católica y evangélica. El secretario de Comunicación del PT, André Vargas, dijo que fue un error haber incluido la despenalización del aborto en las bases programáticas. Por su parte, el secretario general de esa agrupación, José Eduardo Cardozo, añadió que la propuesta a favor de la interrupción del embarazo no tiene apoyo unánime en el oficialismo. La semana pasada habían circulado correos electrónicos que alertaban sobre el supuesto peligro de que Rousseff legalizara el aborto y propiciara el matrimonio igualitario, si resultaba electa. Integrantes del partido oficialista consultados por la agencia ANSA dijeron que esos mails le podrían haber restado votantes a la candidata de Lula.

En el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), también están ultimando detalles para llegar fortalecidos al 31 de octubre. Según dijo la radio Band News, se especula con que Serra cambie a su candidato a vice, Indio da Costa, por el gobernador de Minas Gerais, Aecio Neves. Neves y Serra son viejos rivales al interior del partido de derecha. Aunque no confirmaron esa versión, el secretario general del PSDB, Rodrigo de Castro, manifestó que si Serra logra sumar el apoyo de Neves, estará en condiciones de hacer una campaña con chances de ganarle a Dilma.