El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (foto), reveló ayer que pidió un informe actualizado sobre lo ocurrido con guerrilleros que continúan desa-parecidos desde la década de 1970, para discutirlo con su sucesora, la presidenta electa Dilma Rousseff. En Brasil rige una amnistía que impide que se investiguen los casos de asesinatos y de-sapariciones durante la dictadura.

Lula hizo esta revelación durante la ceremonia de entrega de los premios Derechos Humanos de 2010 y añadió que pretendía tener ese reporte antes del fin de su mandato, el 1º de enero. “Pedí al ministro (de Defensa, Nelson) Jobim que quiero, antes de dejar la Presidencia, un informe sobre el grupo de la guerrilla de Araguaia que está investigando”, dijo Lula, con relación al grupo guerrillero diezmado por fuerzas del ejército entre 1970 y 1972. Por lo menos 50 guerrilleros continúan desaparecidos.

La verdad sobre lo ocurrido con los guerrilleros que continúan de-saparecidos luego de la represión es uno de los puntos sensibles en las relaciones del poder político con las fuerzas armadas brasileñas, y el gobierno decidió no obligar una apertura total de los archivos existentes sobre la dictadura militar (1964-1985). Rousseff participó de la guerrilla contra la dictadura, lo que le valió su arresto en 1970 y torturas durante sus tres años de prisión.