Sábado, 30 de abril de 2011 | Hoy
EL MUNDO › A PARTIR DE MAñANA, JUAN PABLO II QUEDA A UN PASO DE CONVERTIRSE EN SANTO
Seis años después de su muerte, el papa polaco será beato, el escalón previo a la santidad. Habrá una ceremonia multitudinaria en el Vaticano. El ataúd con los restos de Karol Wojtyla fue exhumado especialmente para la ocasión.
“¡Beatus!”, “¡Beatus!”, “¡Beatus!”, ya dicen centenares de carteles en toda Roma, bajo la foto del papa Juan Pablo II quien, a sólo seis años de su muerte, será beatificado mañana. Pero es más: “¡Santo subito!”, “¡Santo subito!”, “¡Santo ya!” se prevé que exigirán nuevos carteles, portados por la multitud, como ya sucedió durante los funerales, en abril de 2005. El ataúd con los restos del papa Wojtyla fue exhumado especialmente para la ocasión. Se prevé que asistirán varios centenares de miles de personas. Estará presente –y no temblará– la monja francesa a la que el espíritu del papa polaco supuestamente favoreció con la cura de la enfermedad de Parkinson, milagro que hizo posible esta beatificación. El poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, por su parte, calificó como “monstruosa” la beatificación de Juan Pablo, que habría sido “protector” de un cura acusado de abusos sexuales.
Decenas de miles de peregrinos llegaron ya a Roma para asistir a la ceremonia. Comparecerán 16 jefes de Estado, entre ellos Felipe Calderón, presidente de México, y Porfirio Lobo, discutido presidente de Honduras. También se admitirá en el Vaticano a Robert Mugabe, presidente de Zimbabwe, que tiene prohibida la entrada en la Unión Europea desde 2002 por violaciones a los derechos humanos. La lista de invitados incluye a reyes como los de Bélgica, Alberto y Paola, y a príncipes como Letizia y Felipe de España. En total se harán presentes 87 delegaciones extranjeras.
Giuseppe Pecoraro, prefecto de Roma, previó que un millón de personas llegarán a la ciudad, aunque no sólo por la beatificación sino porque, en conmemoración del Día Internacional del Trabajador, se efectuará un concierto multitudinario. El Vaticano supone que asistirán de 300.000 a 500.000 fieles.
El papa Karol Wojtyla falleció el 2 de abril de 2005, a los 84 años. Durante muchos años había padecido precisamente la enfermedad de Parkinson, cuya evolución el mundo entero había podido seguir en los numerosos viajes y apariciones televisivas del pontífice.
La beatificación es el paso previo a la canonización. En este caso se lleva a cabo en un tiempo record: habitualmente hacen falta cinco años sólo para iniciar el proceso.
Ayer el féretro de Juan Pablo II fue trasladado desde su sepultura en las grutas del Vaticano hasta la Basílica de San Pedro. Mañana pasará a la planta principal del templo, donde se procederá a la beatificación; el ataúd cerrado será expuesto después a la veneración de los fieles. En la noche del lunes será trasladado, ya definitivamente, a la capilla de San Sebastián, junto a la capilla donde se halla la estatua La Piedad, de Miguel Angel.
El culto litúrgico del flamante beato se celebrará cada año el 22 de octubre, aniversario del comienzo del pontificado de Juan Pablo II –uno de los más largos de la historia–, en 1978.
Toda beatificación requiere la acreditación de un milagro. En este caso concierne a la monja francesa Marie Simon-Pierre: la Iglesia considera acreditado que Wojtyla, luego de su muerte, la curó de la enfermedad de Parkinson; la Iglesia también acredita que, antes del milagro, Marie padecía esa enfermedad.
Para la canonización haría falta otro milagro, a lo cual contribuye hoy el milagro de la telemática: miles de personas enviaron a un sitio de Internet del Vaticano testimonios milagrosos obtenidos mediante invocaciones a Juan Pablo II; la Iglesia ya seleccionó 270 casos, que serán rigurosamente investigados.
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