Viernes, 12 de agosto de 2011 | Hoy
EL MUNDO › APROBO LA CONSTRUCCION DE MIL SEISCIENTAS VIVIENDAS EN JERUSALEN ESTE
La medida fue criticada por las Naciones Unidas y por líderes palestinos, quienes advirtieron que los asentamientos contrariaban el principio de dos Estados.
Israel aprobó ayer la construcción de 1600 viviendas en el asentamiento de Ramat Shlomó, en Jerusalén Este, y generó un inmediato rechazo general.
Funcionarios árabes calificaron la decisión como un ataque a la legitimidad internacional. Por su parte, la ONU se manifestó en contra de la medida dispuesta por el gobierno conservador de Benjamin Netanyahu. El vocero del Ministerio del Interior israelí, Roei Lachmanovich, dijo que la aprobación contempla la construcción de otras mil casas en el asentamiento de Hamatos, en el barrio de Givat, y otras 600 en Pisgat Zeev, todos ellas en la parte oriental, habitada por árabes palestinos, de Jerusalén.
El proyecto, que ya causó controversia el año pasado durante la visita a Israel del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, provocó un enfrentamiento diplomático entre ambos países, y fue justificado por la crisis actual de la vivienda que sufre el país, que se reflejó en multitudinarias marchas la semana pasada.
Según el Ministerio del Interior, la medida adoptada es una de las soluciones para poner fin a la crisis. En ese marco, la semana pasada se aprobó la construcción de 900 viviendas en otra localidad de Jerusalén Este, lo que provocó la indignación de la Unión Europea y Estados Unidos.
El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, calificó el hecho como un ataque a la perspectiva de una solución de los dos Estados. De acuerdo con el palestino, el plan constituye una prueba más de que el gobierno israelí está comprometido a invertir en la ocupación en lugar de la paz. Toda la actividad de asentamientos israelíes es ilegal bajo el derecho internacional y viola sus obligaciones bajo la Hoja de Ruta que estipula que Israel debe congelar toda la construcción de asentamientos, incluyendo el llamado crecimiento natural en territorio de un futuro Estado palestino. Israel considera a Jerusalén oriental, conquistada a Jordania en la guerra de 1967 y posteriormente anexada, como parte de su capital eterna e indivisible. Los palestinos la reclaman también como capital de su futuro Estado y señalaron que no reanudarán las negociaciones de paz si Israel continúa construyendo allí y en los asentamientos de Cisjordania.
La ONU llamó a Israel a no ejecutar los planes de construcción de nuevos asentamientos, calificándolos como una acción provocadora en el marco del proceso de paz con los palestinos. El coordinador de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Robert Serry, dijo que la comunidad internacional se opuso al plan cuando fue anunciado el año pasado.
“Si se confirma, esta acción provocadora socava los esfuerzos actuales de la comunidad internacional para llevar a las partes de vuelta a las negociaciones”, dijo el funcionario de la ONU. Por su parte, la Casa Blanca instó ayer a Israel y a los palestinos a no tomar acciones unilaterales que puedan socavar las posibilidades de retomar las hace mucho estancadas conversaciones de paz.
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