Un chico de 11 años se convirtió ayer en el condenado más joven por los violentos episodios en el Reino Unido a principios de mes. El menor, que por motivos legales se mantiene en el anonimato, recibió una pena de 18 meses de rehabilitación juvenil por robar un contenedor de basura valuado en 50 libras (80 dólares) de una tienda de ropa cuya vidriera estaba destrozada en Romford, periferia de Londres. Cinco días antes del hecho, el niño había recibido una sanción por otro incidente que no tiene relación con el estallido de violencia en la capital inglesa. En la visita de ayer al tribunal de Essex, el menor, que asistió junto a su madre, confesó los hechos. “Si fuera un poco mayor acabaría en prisión”, dijo el juez John Woollard, al dictar su sentencia por lo que consideró un “desorden mayor”. El magistrado no precisó los términos de la rehabilitación, los cuales deben ser acordados con las autoridades locales y pueden incluir trabajos comunitarios, toques de queda y otras restricciones u obligaciones. La muerte del joven Mark Duggan, en un confuso episodio policial, desató la violencia inusitada en la ciudad inglesa y terminó con destrucción, enfrentamientos con la policía y varias muertes en el país europeo. Las penas aplicadas son de una inusitada dureza.