Los aliados de Siria en Rusia admitieron la gravedad de la situación en Damasco e hicieron un llamado urgente a una mesa de diálogo entre el régimen y la oposición. “Esto ya se parece a una guerra civil”, aseguró ayer el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov (foto). Sus declaraciones hicieron referencia a un ataque del Ejército Sirio Libre (ESL) a una base de la Fuerza Aérea. El ESL, compuesto por soldados disidentes del ejército sirio, dispararon con ametralladoras y misiles a la base de las afueras de Damasco. Las declaraciones de Lavrov fueron cruzadas por el vocero del Departamento de Estado norteamericano, Mark Toner. El funcionario dijo que no se trata de una guerra civil, ya que la violencia es impartida desde el Estado. Toner dijo que el ESL le es funcional al presidente Bashir Al Assad y pidió su inmediata disolución. Al Assad enfrenta una rebelión desde hace ocho meses y la ONU estima que 3500 personas murieron desde entonces. La Liga Arabe desafilió a Siria del organismo y amenazó con impartir más sanciones económicas. Lavrov pidió ayer el cese al fuego tanto al régimen como a las fuerzas opositoras. Alemania, Inglaterra y Francia presionan por una resolución de la ONU que condene a Siria. Los tres países europeos decidieron seguir adelante con la resolución de la Asamblea General luego de que la Liga Arabe confirmara la desafiliación de Siria. Esta resolución había sido vetada en octubre por Rusia y China.