EL MUNDO
Los comunistas que volvieron del frío (y de la mano de George Bush)
Hay muchas cosas viejas que aparecen de vuelta en Bagdad. Entre ellas, el Partido Comunista Iraquí, que había sido objeto de una represión salvaje. Están agradecidos por eso, aunque implique que Estados Unidos se quede por un tiempo. Aquí, lo que tienen que decir sobre el nuevo Irak.
Por Angeles Espinosa*
Desde Bagdad
“No pondría 90 días como si fuera un calendario colgado en la pared; nos quedaremos todo el tiempo que haga falta y nos iremos lo más rápidamente posible”, dijo el general norteamericano Jay Garner al hacerse cargo de la reconstrucción de Irak. Eso es lo que espera la mayoría de los iraquíes pero, muy en especial, los miembros del reactivado Partido Comunista de Irak (PCI), que sonríen ante la aparente contradicción de haber sido devueltos a Irak por el “imperialista Estados Unidos”.
“No tenemos ningún problema con ello”, asegura a esta enviada el veterano militante Saadi Nader, “Estados Unidos nos ha ayudado a librarnos de Saddam, pero nunca aceptaremos que se quede en Irak por mucho tiempo”. Queda por definir cuánto es mucho tiempo. Para Nader, que ha trabajado en la clandestinidad desde la prohibición de su partido, el límite son “seis meses más o menos”. Pero el responsable de Relaciones Internacionales, Shaker al Duyaili, no lo tiene tan claro y evita mencionar un plazo concreto.
No esconde el malestar de su partido, que fundado en 1934 es el más antiguo de Irak, por la marginación a que lo ha sometido Estados Unidos. “No fuimos invitados a Naseriya y tampoco a la reunión de Londres del año pasado, pero no somos los únicos –explica–. Tampoco invitaron a los islámicos Al Dawla y al Consejo Superior para la Revolución Islámica en Irak, que somos los principales grupos que trabajan dentro del país, y no sólo en la región semiautónoma kurda.” Aun así, los portavoces del PCI han adoptado un tono constructivo y más que quejarse optan por animar a la reconstrucción de su país.
“No vamos a luchar contra el grupo de Naseriya –afirma–; la reconstrucción de Irak exige los esfuerzos de todos.” Por eso, Al Duyaili pide que se forme “una gran coalición de fuerzas patrióticas, islamistas, nacionalistas, democráticas y progresistas”. “Tienen cabida todos los que quieran establecer un Estado de derecho”, apunta. En su opinión, las prioridades deben ser la soberanía de Irak, la democracia, la justicia social, la vida cultural y las libertades de expresión, asociación, publicación y viaje.
“Aplaudimos todas las iniciativas destinadas a reconstruir la vida civil”, dice Al Duyaili en referencia al Comité Ejecutivo para la ciudad de Bagdad que ha puesto en marcha el Congreso Nacional Iraquí (CNI), la organización paraguas que agrupa a la oposición respaldada por Washington. “Nosotros estamos haciendo lo mismo y apoyamos la iniciativa de los estudiantes universitarios para reanudar el curso académico”, añade. Sin embargo, ni el PCI dispone de los mismos medios que el CNI ni la reanudación de las clases parece factible en unos cuantos meses.
“Van a ser unas largas vacaciones –confesaba a este diario Yaafar, un joven estudiante de Ingeniería Civil–. Hace dos días pasé por mi facultad y está completamente destruida. No hay mesas, ni sillas, ni material... Las ventanas están rotas. Un desastre”, se lamenta mientras pasa el tiempo conversando con otros amigos en su misma situación.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.