En medio de versiones sobre un inminente rescate a los bancos de España, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó ayer a la Unión Europea (UE) a estabilizar rápido su sistema financiero. Además, previno sobre las consecuencias de apostar sólo por la austeridad y dejar en el camino la promoción del crecimiento.

Cerca de la Cumbre del G-20 en México, donde volverá a encontrarse con sus colegas europeos, Obama expresó que Europa tiene que tomar decisiones difíciles para resolver de una vez su crisis y hacerlo rápido, con la vista puesta a corto plazo en estabilizar su sistema financiero, lo cual implica inyectar capital en bancos débiles. “Hay pasos específicos que (los líderes europeos) pueden dar ahora mismo para evitar que la situación empeore”, señaló Obama en la Casa Blanca sobre la marcha de la economía estadounidense y la crisis europea. “A corto plazo, tienen que estabilizar su sistema financiero”, agregó.

El mandatario norteamericano también subrayó que una parte de esa acción rápida, que considera imprescindible para estabilizar el sistema financiero europeo, consiste en tomar una acción clara lo antes posible para inyectar capital en los bancos débiles. “Los desafíos que afronta (Europa) son solucionables, ahora mismo su centro de atención debe ser reforzar su sistema bancario”, enfatizó, instando a la UE a tomar acciones que le den a la gente confianza en que el sistema bancario es sólido. Por otra parte, Obama justificó la preocupación de Washington por el devenir de Europa al recordar que ésta constituye el principal socio comercial de Estados Unidos. “Si hay menos demanda de nuestros productos en lugares como París o Madrid, eso podría significar menos negocios para los fabricantes de lugares como Pittsburgh o Milwaukee”, remarcó.

El candidato a la reelección, que en las últimas semanas mantuvo consultas de forma regular con los principales líderes de la Eurozona, mandó un mensaje de calma y dijo que hay un camino para salir de este desafío. “Esas decisiones están fundamentalmente en manos de los líderes europeos y, afortunadamente, ellos comprenden la gravedad de la situación y la necesidad urgente de actuar”, aseguró.

El tema financiero no fue el único abarcado por el presidente. En sus declaraciones, Obama consideró que las reformas estructurales emprendidas por España e Italia fueron inteligentes y pidió que, a ambos países, se les dé el tiempo suficiente para demostrar que van por el buen camino. “Países como España e Italia se han embarcado en algunas reformas estructurales inteligentes que todo el mundo considera necesarias, pero requieren tener el tiempo y el espacio para que esas medidas tengan éxito”, indicó. Asimismo, aprovechó estos dos casos para defender una vez más su postura en torno de las medidas de austeridad, tema que ya lo enfrentó durante la reciente Cumbre del G-8 en Camp David con la canciller alemana, Angela Merkel. “Si se limitan a recortar y recortar y su tasa de desempleo sube y sube y la gente decide continuar restringiendo sus gastos porque siente mucha presión, irónicamente esto podría hacer más difícil que (esos países) puedan implementar algunas de esas reformas a largo plazo”, reflexionó. En este sentido, consideró positivo que “líderes como Angela Merkel y (el presidente francés) François Hollande estén trabajando para instalar una agenda de crecimiento junto a los planes fiscales responsables”. En sus declaraciones, Obama también hizo referencia a Grecia, país al que aconsejó, a poco más de una semana de las elecciones presidenciales, no abogar por una salida de la Eurozona. “Los griegos tienen que reconocer que las dificultades que atraviesan probablemente empeorarán si deciden salirse de la Eurozona”, alertó al respecto.

Los dichos del presidente se enmarcan a cinco meses de las elecciones presidenciales, en las cuales buscará un nuevo mandato, y se realizaron el mismo día que el Departamento de Comercio norteamericano informó que en abril disminuyó en un 0,8 por ciento el valor de las exportaciones estadounidenses como reflejo del estancamiento económico en Europa y la desaceleración del crecimiento en China.