A menos de tres semanas de los comicios presidenciales, el vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, y el diputado Julio Chávez pusieron en el centro de la campaña el caso del legislador opositor, Juan Carlos Caldera, que fue filmado recibiendo una coima. Además, el Parlamento venezolano investigará el financiamiento y el origen de los aviones que usa el candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles, a cuyo proyecto político pertenecía Caldera. Jaua advirtió que la derecha pretende tapar la conducta antiética de Caldera –quien debió apartarse de su cargo–, usando como excusa que el gobierno supuestamente no ha combatido la corrupción. “La doble moral no está precisamente del lado de la Revolución bolivariana; está del lado de los opositores y de los grandes medios que le sirven de instrumentos de propaganda”, señaló Jaua. El vicepresidente reseñó que bajo la gestión del presidente Hugo Chávez militares activos, generales de alto rango, gobernadores y alcaldes en ejercicio, banqueros y empresarios que se dijesen amigos del gobierno o no, terminaron tras las rejas o sometidos a juicios por sus acciones ilegales. Y aseveró que la investigación del caso del diputado Caldera –expulsado de su partido, Primero Justicia– no se debe a su inclinación política, como muchos dirigentes opositores y medios privados han querido hacer creer. A su turno, Chávez, vicepresidente de la Comisión de Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional (AN), consideró que ese caso es la punta del iceberg de todo el entramado existente dentro de la estructura opositora. “Esto es parte de una operación financiera de todo ese tejido y de un aparato delicuencial que subyace en el Comando de Campaña Venezuela”, dijo el parlamentario, quien acusó a los jefes de Finanzas, Rafael Guzmán, y de Campaña, Armando Briquet, de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y hasta al mismo candidato Henrique Capriles.