El gobierno argentino no había resuelto anoche su respuesta al pedido formal de una reunión planteada por Irán entre los cancilleres de los dos países, Alí Akbar Salehi y Héctor Timerman, sobre el caso AMIA, cuando ambos coincidan la semana que viene en Nueva York. Según hicieron trascender fuentes iraníes, la idea de pedir la reunión formalmente y hacerlo público apunta a dejar en claro que no habrá una negociación secreta. Por el lado argentino, la búsqueda está orientada a avanzar hacia alguna fórmula que permita que los funcionarios iraníes imputados por el juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman respondan ante la Justicia argentina. “Llevamos 18 años sin poder destrabar la situación, hay que encontrar alguna vía”, fue el razonamiento que llevó a la Presidenta a plantear en la ONU, en septiembre del año pasado, la idea de aceptar un diálogo bilateral que ayudara a esclarecer el ataque. Desde la AMIA y la DAIA le bajaron ayer las expectativas a cualquier encuentro con las autoridades de Irán.

Las dudas sobre la reunión entre los cancilleres surgen porque la propuesta iraní se produce a una semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde es muy probable que la Presidenta vuelva a denunciar a Teherán porque no responde a los pedidos de la Justicia argentina. Pasó un año desde la anterior asamblea y en ningún momento Irán propuso un encuentro para estudiar si se podía avanzar en la causa judicial. El gobierno iraní sostiene que en el expediente no hay ninguna prueba en su contra, que se trata de un armado realizado sobre la base de informes falsos de la CIA, la Mossad y la SIDE y que ya la Justicia británica se expidió en su momento cuando fue detenido el ex embajador de Irán en la Argentina, Hadi Soleimanpour, señalando que no había evidencias sólidas ni contra el diplomático ni sobre la llamada pista iraní. Esto lleva a Teherán a rechazar cualquier presentación de sus funcionarios ante los reclamos de la Justicia federal argentina. Por su parte, el gobierno argentino ha dicho que cualquier diálogo consistiría en buscar una fórmula que permita responder a la requisitoria judicial. Canicoba Corral y Nisman afirman que actualmente cuentan con muchas más pruebas que cuando fue detenido Soleimanpour en Londres.

En medio de semejante panorama, la Presidenta y el canciller tendrán que tomar la decisión sobre la reunión propuesta por Irán. A primera vista, parece un intento de diluir una nueva denuncia de CFK ante la ONU, pero por otro lado el Gobierno viene buscando alguna forma de destrabar el estancamiento judicial del caso.

La AMIA y la DAIA salieron ayer a reducir cualquier expectativa de un encuentro con Irán. “La Argentina tuvo algunos buenos gestos hacia un eventual encuentro con Irán porque el Gobierno entendió que debía hacerlo”, recordó Aldo Donzis, titular de DAIA. Nosotros no estuvimos de acuerdo, pero no hubo actitud alguna por parte de Irán de contribuir con la Justicia argentina porque dice que es un mamarracho. De modo que entendemos que este nuevo pedido de reunión para dialogar es una nueva estrategia para dilatar los tiempos y no colaborar con la Justicia argentina.” Guillermo Borger, presidente de AMIA, se mantuvo en la misma sintonía: “Hasta tanto Irán no cumpla con la Justicia argentina, no vemos con buenos ojos ningún acercamiento”.

Ambos dirigentes también insistieron en que cuando en la Asamblea de las Naciones Unidas hable el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, la delegación argentina debería retirarse. “No se puede distinguir a quien todos los días brega por la destrucción de Israel y niega la Shoá”, explicaron los titulares de la AMIA y la DAIA.

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