El presidente regional de Cataluña, el nacionalista Artur Mas, anunció ayer que esa comunidad autónoma celebrará elecciones anticipadas el 25 de noviembre, en busca del aval de las urnas para iniciar el camino hacia su independencia de España. “Ha llegado la hora de que Cataluña ejerza su derecho de autodeterminación”, aseguró el dirigente nacionalista ante el Parlamento catalán, tras advertir que el proceso será complejo y estará lleno de obstáculos. Mas insistió en que Cataluña quiere seguir en Europa, “porque es Europa”, aunque no aclaró cómo lo hará, mientras su hoja de ruta pasa por el adelanto electoral y un futuro referendo soberanista que el Ejecutivo español descarta. “En momentos excepcionales, son imprescindibles las decisiones excepcionales. La voz de la calle debe trasladarse a las urnas”, sostuvo Mas al confirmar definitivamente la anticipación de los comicios que se daba por hecho desde hace días.

El dirigente de Convergéncia i Uniò (CiU) justificó su decisión en la multitudinaria manifestación separatista del 11 de septiembre en Barcelona y en el posterior rechazo del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, a su proyecto de pacto fiscal, similar a la soberanía presupuestaria del País Vasco. “La manifestación de la Diada (Día Nacional de Cataluña) combinada con la negativa en el pacto fiscal justifican las elecciones”, dijo. “Son tiempos de jugársela. Y es al pueblo de Cataluña al que le toca decidir quién debe guiar y con qué fuerza este proceso”, añadió.

Al iniciar su discurso, con el que abrió un debate de política general en el Parlamento catalán, que se extenderá hasta mañana, Mas argumentó que un millón y medio de personas en las calles reclamando la independencia no es un hecho anecdótico. “Nos corresponde a nosotros interpretar los movimientos de fondo que vive la sociedad catalana”, afirmó en referencia a la histórica manifestación, que se vio potenciada por la crisis económica. “Toca traducir en acciones concretas lo que estamos viviendo”, insistió. A su vez, Mas recordó que su programa electoral, con el que llegó al poder hace dos años, especificaba el pacto fiscal –soberanía fiscal–, pero no iba más allá. Por lo tanto, “una nueva etapa requiere de una nueva legitimidad”, proclamó después de acusar al derechista Partido Popular (PP) y también al Partido Socialista Español (PSOE) de miopía política por haber rechazado ese acuerdo.

El anuncio de Mas se daba por descontado –sólo faltaba concretar la fecha– después de que el jueves pasado Rajoy le dijera no a su proyecto de pacto fiscal por considerar que no cabe dentro de la Constitución española. Pero el dirigente nacionalista advirtió aquel día que la Carta Magna no sería un techo para las aspiraciones del pueblo catalán, que ha expresado en las calles su voluntad de iniciar un camino hacia un Estado propio.

La intención de Mas es que el nuevo Ejecutivo que surja de las urnas sea el que guíe a Cataluña hacia la independencia, de ahí que busque la máxima legitimidad para llevar adelante este proceso, que incluye la celebración de un referéndum. Por ese motivo, Mas reconoció que organizar una consulta soberanista sin elecciones previas sería un fraude para el electorado de CiU que lo votó hace sólo dos años.

De hecho, a pesar de que el presidente catalán se había mostrado partidario a la independencia en el pasado, no fue hasta la multitudinaria manifestación de la Diada que se puso al frente de este reclamo histórico. No obstante, Mas insinuó que su apuesta no era para perpetuarse en el poder, sino un mandato popular y que, por lo tanto, no volverá a presentarse como candidato una vez que Cataluña haya alcanzado sus objetivos de autodeterminación.

El independentismo está ganando adeptos en Cataluña en el terreno de incertidumbre abonado por la crisis económica que atraviesa toda España. Con 7,5 millones de habitantes, la norteña Cataluña es la comunidad más rica de España, pero también una de las más endeudadas –con 40.000 millones de euros–, con un déficit en torno del 8 por ciento. El gobierno de Mas, pese a estar a la vanguardia en los recortes, tuvo que pedir recientemente un rescate al Ejecutivo de Rajoy para evitar el default, una situación que el dirigente nacionalista atribuye al expolio que sufre Cataluña por parte del Estado español.

“Si Cataluña fuera un Estado, estaría entre los 50 más exportadores del mundo”, subrayó Mas al desgranar los datos económicos que demuestran el lugar y el potencial de la región. Asimismo, responsabilizó a Rajoy de los recortes implementados por su propio gobierno en Cataluña, ya que reparte de forma desequilibrada el esfuerzo de reducción del déficit.

La vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, advirtió ayer a Mas que su intención de consultar al pueblo de Cataluña sobre la creación de un Estado recibirá una respuesta firme y serena por parte del Ejecutivo central. Además, la número dos del gobierno de Rajoy subrayó que los planes soberanistas del presidente catalán van “a añadir más crisis a la crisis” en la que se encuentra sumida España.