Viernes, 23 de noviembre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EN PALESTINA HUBO FESTEJOS EN LAS CALLES, MIENTRAS QUE EN ISRAEL LA REACCION FUE DISPAR
Anoche hubo pequeñas manifestaciones contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por el alto el fuego. Las tiendas y comercios de Gaza abrieron sus puertas y los efectivos de la policía de Hamas volvieron a las calles.
Los grupos armados palestinos y el ejército israelí observaron la tregua acordada para poner fin a ocho días de combates que dejaron unos 170 muertos. De este modo, ayer comenzó un lento retorno a la calma y la normalidad en Gaza e Israel tras la peor ola de violencia en cuatro años. En la Franja de Gaza, los líderes de Hamas proclamaron la victoria sobre Israel y miles de seguidores del grupo islamista palestino marcharon y celebraron en las calles. Se trata de la primera jornada de paz en virtud del alto el fuego, que fue mediado por el nuevo gobierno islamista de Egipto. En Israel, el humor era dispar. Muchos se sintieron aliviados de que se haya restaurado la calma luego de ocho días de ataques con cohetes desde Gaza y sin haber tenido que lanzar una ofensiva terrestre que podría haberse cobrado la vida de soldados israelíes.
Otros, principalmente habitantes y alcaldes del sur de Israel, la región más golpeada por los cohetes desde hace 13 años, dijeron creer que la operación terminó de manera prematura, e incluso anoche hubo pequeñas manifestaciones contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por el alto el fuego. Luego de que Israel afirmara que infligió grandes daños a los grupos armados de Gaza, el primer ministro de Hamas en la región dijo ayer que la decisión de Israel de no mandar tropas terrestres al territorio, como hace cuatro años, muestra el poder de disuasión del movimiento.
“Los combatientes de la Resistencia (Hamas) cambiaron las reglas del juego con la ocupación (Israel) y alteraron sus cálculos”, dijo el premier Ismail Haniyeh en un mensaje televisivo después de asistir a la principal manifestación, en la ciudad de Gaza. “Luego de esta victoria, la opción de invadir a Gaza se ha ido y nunca regresará”, agregó. Al mismo tiempo, el dirigente de Hamas urgió a los combatientes de Gaza a respetar la tregua, que fue mediada por Egipto, y a observar este acuerdo mientras Israel lo respete.
En Israel, al igual que anteayer, Netanyahu admitió el malestar en parte de la población por el cese de una operación que apoyaba un 84 por ciento del país y en la que murieron 164 palestinos, más de la mitad civiles, y seis israelíes, cuatro de ellos civiles. La sexta víctima israelí fue un soldado que murió ayer de heridas sufridas al ser alcanzado por un cohete en el sur de Israel antes de que comenzara a regir la tregua, informó el ejército.
“Sé que hay ciudadanos que esperaban una respuesta aún más dura. También estamos preparados para ella. Como hicimos durante esta operación, decidiremos cuándo, cómo y contra quién actuar”, dijo Netanyahu en la sede central de la Policía Nacional en Jerusalén. Como muestra de la decepción de muchos israelíes, en las redes sociales se difundió extensamente una fotografía que muestra a 16 soldados israelíes de uniforme tumbados en el suelo, formando en hebreo la frase “Bibi perdedor”, en referencia a Netanyahu, que es apodado de esa manera.
“No creo que el gobierno haya actuado bien”, señaló al Canal 10 de la televisión un soldado identificado como Kobi, mientras que su compañero de armas Yotan lamentaba no haber participado en una invasión de Gaza para la que la gente estaba preparada. Un reservista de una localidad del sur de Israel dijo al Canal 2 que sentía vergüenza por la salida diplomática “sin diferencia con respecto a Plomo Fundido”, la ofensiva israelí en Gaza de hace cuatro años que mató a unos 1400 palestinos sin devolver la calma a la zona más que por un breve período de tiempo.
Una encuesta relámpago difundida anteayer por el Canal 2 arrojó un 70 por ciento de oposición a parar los bombardeos israelíes. Otro de los críticos israelíes fue el regidor de la localidad de Sderot, David Buskila, quien habría preferido un acuerdo que indicase la clara supremacía de Israel y con la disuasión restaurada a sus niveles anteriores. “No es el fin por el que habíamos rezado”, reconoció por su parte el alcalde de Ashdod, Yehiel Lasri. “No hay duda de que había expectativas de algo más grande”, admitió su homólogo de Beersheva, Rubik Danilovich.
Según el acuerdo alcanzado, ambas partes deberán volver a negociar ahora un nuevo entendimiento destinado a poner fin al bloqueo que Israel impuso a la región costera palestina en 2007 y a los ataques con cohetes desde Gaza hacia el sur israelí. Se supone que las conversaciones deberían empezar luego de un período de calma de 24 horas desde que entró en vigor el alto el fuego, anteayer por la noche en Israel.
Las tiendas y comercios de Gaza abrieron ayer sus puertas y los efectivos de la policía de Hamas volvieron a las calles. Pese a los ánimos triunfalistas, también pueden apreciarse escenas de destrucción, con numerosos edificios dañados, ventanas rotas y escombros dejados por los ataques aéreos, que los operarios trataban de limpiar. Otra señal visible del regreso a la actividad fue que numerosos niños recorrieron las calles en bicicleta, algo impensable hace menos de 24 horas, cuando sus habitantes se refugiaban como podían de los bombardeos, unos 1800 según la Unrwa, la agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos.
Durante la ofensiva, Israel atacó unos 1500 objetivos en la Franja, mientras que Hamas y el grupo Jihad Islámica lanzaron unos mil cohetes contra territorio israelí. En los ocho días de conflicto hubo unos 1300 palestinos y unos 50 israelíes heridos, según dijeron autoridades.
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