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El periodista italiano Tommasso Debenedetti confesó ayer haber enviado a tres agencias de noticias la falsa foto del presidente Hugo Chávez, publicada por El País. El reportero se hizo conocido por ser el autor de los rumores sobre la muerte del ex presidente cubano Fidel Castro y del escritor Gabriel García Márquez. Además, suplantó a través de las redes sociales la identidad de personajes como el escritor Mario Vargas Llosa y el papa Benedicto XVI.

Debenedetti relató lo sucedido a un medio local mexicano y, según informó Telesur, aclaró que ninguna de las tres agencias latinoamericanas publicó la foto. Sin embargo, destacó que por “extrañas circunstancias” apareció en un diario importante como El País. “La falsa foto de Chávez, que tomé de un video de YouTube, la envié la semana pasada a una agencia de Costa Rica, a la agencia estatal venezolana y a Prensa Latina (cubana) y nunca me imaginé que iría a terminar en la primera plana de El País”, indicó. El periodista sostuvo, según Telesur, que al remitir la imagen se hizo pasar por el ministro venezolano de Cultura, Pedro Calzadilla y que su intención fue la de verificar la rigurosidad de los medios cuando deciden publicar material fotográfico. El redactor no sólo es recordado por impulsar los rumores sobre la muerte de Castro y de García Márquez, también se hizo pasar en Facebook y Twitter por Vargas Llosa y Benedicto XVI. Pero ellos no fueron sus únicas víctimas. El periodista inventó entrevistas con los escritores Nadine Gordimer, Philip Roth, Abraham Yehoshua, Toni Morrison y con la novelista Herta Müller. Según declaró, la intención de su labor es denunciar la falta de control en la información y la facilidad de suplantación que existe en Internet.

En un reportaje que le realizó El País en el 2010, habló sobre sus falsas entrevistas. “Mi idea era ser un periodista cultural serio y honrado pero eso en Italia es imposible”, dijo para ese medio. En la entrevista, Debenedetti se refirió a lo que sucedía en su país con la información y los medios. “La información en este país está basada en la falsificación. Todo cuela mientras sea favorable a la línea editorial, mientras el que habla sea uno de los nuestros. Simplemente, me presté a ese juego para poder publicar y lo jugué hasta el final para denunciar ese estado de cosas”, manifestó.

A pesar de que lo presentaron como profesor de italiano y de historia en un instituto público de la capital e hijo y nieto de ilustres críticos literarios (Antonio y Giacomo), él se autodefinió. “Me gusta ser el campeón italiano de la mentira. Creo que he inventado un género nuevo y espero poder publicar nuevos falsos en mi web y la colección en un libro. Por supuesto, con prólogo de Philip Roth”, dijo. Además, se mostró satisfecho por su trabajo y sólo pidió disculpas por fallar a la hora de reflejar los pensamientos de sus falsos entrevistados. “Me gustaría encontrarme con ellos. A veces he fallado al reflejar sus pensamientos, ya fuera por prisa o incapacidad. Pido disculpas”, añadió.