EL MUNDO
Una lenta sangría que prosigue en Irak
Los últimos leales a Saddam Hussein todavía no se rinden. Un soldado norteamericano murió y otro resultó herido ayer al ser atacada por un lanzagranadas la ambulancia militar en la que viajaban. El nuevo ataque contra las fuerzas estadounidenses en Irak, que eleva a 43 el número de soldados norteamericanos muertos desde el pasado 1º de mayo en emboscadas o escaramuzas con grupos de resistencia baasista, ocurrió cerca de la localidad de Iskandariyah, a unos 40 kilómetros al sur de Bagdad. Mientras tanto, el presidente George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair fueron acusados de “crímenes de guerra” ante la Justicia belga.