Viernes, 12 de abril de 2013 | Hoy
EL MUNDO › LOS VINCULOS DEL PRESIDENTE DE LA CONFEDERACION BRASILEÑA DE FUTBOL CON LA DICTADURA
El hijo de un periodista desaparecido durante la dictadura brasileña encabeza un movimiento para exigir que el presidente de la CBF, José Maria Marin, sea destituido del cargo que ocupa en el comité organizador del mundial 2014.
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
Hay fotos que manchan. La de Videla, Massera y Joao Havelange, de sendos trajes a rayas, impecables, en la apertura del Mundial 78, es una de ellas. El almirante de la ESMA y el titular de la FIFA Havelange, un ex nadador olímpico de porte atlético, parecen pavos reales, hinchados de arrogancia cívico-militar. Hablamos de esa foto en blanco y negro con el brasileño Ivo Herzog, hijo del periodista Vladimir, asesinado por la dictadura en 1975, un año después de que Havelange tomó las riendas de la FIFA, de las que no se desprendió hasta 1998.
Herzog traza paralelos entre aquel Havelange que se paseaba entre represores y el actual presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José Maria Marin, al que le imputa vínculos con el asesinato de su padre.
–¿El pasado de Marin es equiparable al de Havelange?
–Puede ser peor, creo que Havelange tendría que ser investigado por la Comisión de la Verdad creada por la presidenta Dilma (Rousseff), pero no conozco tanto su historia. Puedo hablar de esta persona de nombre Marin, al que no puedo llamar señor. Esa foto del Mundial de ustedes, en el ’78, es terrible, pero no será menos vergonzante si tenemos otra foto de ese tipo el año que viene con Marin siendo el anfitrión de la ceremonia inaugural de nuestro mundial, porque él fue designado presidente del Comité Organizador Local (COL). ¿Se imagina lo que sería tener a un hombre de la dictadura en nuestra Copa de la democracia? Sería intolerable que en ese acto visto por millones de personas en todo el mundo estuviera Marin. Por eso lanzamos el manifiesto Fuera Marin y nos sorprendió la receptividad que tuvimos. Lo primero que queremos es que se vaya del COL, que es un ente que recibe dinero y apoyo del gobierno. Después querríamos que salga de la CBF, pero eso es más difícil porque es una entidad privada que dice públicamente que no se interesa por el pasado de su presidente. Yo le diría al señor Joseph Blatter, como presidente de la FIFA y del Comité Organizador internacional, que no se preste al juego de Marin. Si Blatter presionó para que Ricardo Teixeira salga del Comité Organizador Local de la Copa el año pasado, por corrupción, ahora tendría que pedir lo mismo de José Maria Marin por crimen de lesa humanidad.
En pocas semanas, el petitorio de Ivo Herzog Fuera Marin recogió 60.000 firmas, conquistando el apoyo de personalidades como el cantante Chico Buarque y el ex atacante Romario, quien desde su bancada en la Cámara de Diputados propuso que el Congreso revise el pasado y la cuenta bancaria del dirigente Marin (ver aparte).
El ingeniero naval Ivo Herzgog nació hace 46 años en el exilio londinense al que había sido empujado su padre debido a una larga militancia comunista. Años más tarde, Vladimir Herzog decidió dejar su cargo en la BBC y retornar a San Pablo, donde asumió como editor de la TV Cultura. Al promediar la década del ’70, el régimen planeaba una transición lentísima hacia la democracia y se disfrazaba de “dictablanda”, autorizando la existencia de un poder legislativo compuesto por civiles titireteados desde los cuarteles, como José Maria Marin. El hoy jefe del fútbol brasileño llegó a ser gobernador de San Pablo, recompensado por su lealtad hacia los generales y sus proximidad con la policía política, el DOPS, que asesinó a Vladimir Herzog en octubre de 1975. El jefe del DOPS era Sergio Paranhos Fleury, posiblemente el represor más famoso de Brasil.
–¿Usted diría que Marin fue cómplice del asesinato?
–Se puede usar la palabra cómplice, creo que sí. En octubre de 1975, pocos días antes de que mi padre fuera preso y muerto en el DOPS, Marin hizo un llamado a la represión de los opositores. Fue una instigación dicha en un discurso público, y en 1976, cuando había pasado un año del crimen, hizo otro discurso lleno de elogios para Fleury, el jefe de la represión. Le voy a citar textualmente una parte de lo que dijo. “Queremos brindar nuestras mejores felicitaciones a un hombre que viene prestando relevantes servicios a la comunidad... queremos decir el orgullo que sentimos de contar con un comisario como Sergio Paranhos Fleury.” Esto quiere decir que su identificación con la represión era descarada y cualquiera puede encontrarla si revisa diarios o archivos legislativos.
Ivo Herzog no se hace ilusiones desmedidas sobre el destino jurídico de Marin, beneficiado por la Ley de Amnistía promulgada por el dictador João Baptista Figueireido al ver que la dictadura comenzaba a hajarse y era necesario garantizar la impunidad. Confía, eso sí, en la presidenta Dilma Rousseff y su disposición política a que Marin no afee, dentro de 15 meses, la foto de la fiesta inaugural de la Copa del Mundo.
Presa y torturada ella también en San Pablo durante la década del ’70, la otrora guerrillera Wanda no ha dejado dudas de su desprecio por el dirigente.
–Cree que la presidenta le bajará el pulgar a Marin?
–Dilma sabe lo que hizo Marin. Mi familia valora la actitud muy positiva que ella ha tenido hacia Marin. Ella lo ha evitado todo lo que pudo, es muy digna al demostrar su distancia hacia alguien de esa calaña. Hoy tenemos como presidenta a una persona que entiende perfectamente lo que pasó durante la represión y esto es algo que indudablemente tiene un peso político.
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