EL MUNDO › EL GOBIERNO DE ERDOGAN RESISTE LA DEMANDA DE LLAMAR A ELECCIONES ANTICIPADAS

Diez días seguidos de furia en Turquía

Mientras la Unión Europea se quejaba por la violencia policial, el gobernador de Estambul descartó un nuevo desalojo de los miles de manifestantes que desde hace más de una semana ocupan el parque Gezi de esa ciudad.

Decenas de miles de ciudadanos se reunieron ayer en la céntrica plaza Taksim de Estambul, epicentro de las protestas antigubernamentales que desde hace diez días sacuden Turquía. Al mismo tiempo que el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, descartaba un nuevo desalojo de los miles de manifestantes que desde hace más de una semana ocupan el parque Gezi, el partido del primer ministro Tayyip Erdogan rechazaba los pedidos de elecciones adelantadas. “No existe motivo alguno para llamar a elecciones anticipadas. El gobierno, el Parlamento y el gabinete funcionan a la perfección”, explicó el vicepresidente del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan, Hüseyin Celik, tras mantener una reunión con la cúpula del partido. “El mundo está lideando con una crisis económica y las cosas están yendo bien en Turquía. Las elecciones no se convocan porque hay gente marchando en las calles”, agregó.

Por su parte, Erdogan había manifestado el viernes estar abierto a las exigencias democráticas y había rechazado las acciones violentas en un gesto dirigido a calmar los ánimos de los manifestantes que reclaman su dimisión y a reducir la presión de la Unión Europea (UE), preocupada por la violencia policial. Después de mostrarse firme contra los extremistas el jueves por la noche ante sus partidarios, el jefe del gobierno turco adoptó un tono más conciliador al declararse dispuesto a escuchar todas las reivindicaciones democráticas. “Estamos en contra de la violencia, el vandalismo y las acciones que amenazan a los otros en nombre de las libertades, pero recibimos de todo corazón a los que vienen con exigencias democráticas”, había dicho Erdogan en Estambul.

Pasado el mediodía, numerosas organizaciones feministas se dieron cita en la cercana calle Istiklal para iniciar una marcha “por una vida sin abusos y sin Tayyip”. Las mujeres se mantienen en la primera fila de las protestas desde que éstas se iniciaron, el martes 28 de mayo, en defensa de un parque público de Estambul, que pronto se convirtieron en un movimiento de crítica al estilo autoritario del AKP, un partido islamista moderado. “La gente está enfadada con el primer ministro, pero las mujeres están más enfadadas aún, porque desde hace diez años son el blanco del ataque de todos sus discursos, como cuando quiso prohibir el aborto”, explicó Asli Goymen, secretaria de redacción en una revista y una de las manifestantes. La activista se quejó de que el actual gobierno no ha hecho nada para frenar el acoso a las mujeres en el espacio laboral. “Esto es el inicio de una nueva era”, pronosticó.

Además, las hinchadas de dos de los tres clubes de fútbol más importantes de Estambul, el Fenerbahce y el Besiktas, marcharon hacia la plaza desde sus respectivos estadios al grito de “¡Tayyip renuncia!” y “¡Codo a codo contra el fascismo!”. Los hinchas reemplazaron en parte la presencia de los estudiantes universitarios, que normalmente son el grueso de los manifestante en la plaza, pero que se encontraban ocupados en una jornada de exámenes.

La represión policial con la que el gobierno respondió a las primeras manifestaciones, que dejó al menos 3 muertos y más de 5000 heridos, provocó que las movilizaciones se extendieran a las principales ciudades del país. Ayer en Ankara, la capital del país, al igual que en el parque Gezi de Estambul, la policía había recibido la orden de retirarse del parque Kugulu Park, después de varios días de represión contra los manifestantes.

“Esto es un levantamiento del pueblo. El pueblo está enojado. Algunas fuerzas políticas intentan utilizar este movimiento para intimidar al gobierno, no para buscar un nuevo futuro”, explicó Kemal Okuyan, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Turquía (TKP). Okuyan también descartó que se trate de una crisis revolucionaria como intentan presentarla desde algunos sectores. “Estamos muy lejos de ella. Al menos por ahora”, explicó. Sin embargo, ni Erdogan ni el AKP esperaban que las protestas y la respuesta del gobierno desencadenaran una manifestación masiva en todo el país.

“Afortunadamente, no hay motivos para convocar elecciones anticipadas”, dijo Celik, tras el encuentro, al que acudió Erdogan. También insistió en que el Ejecutivo estaba abierto a escuchar demandas razonables de los ciudadanos. La Plataforma Taksim, que coordinó las primeras protestas contra la urbanización del parque Gezi, insistió ayer en pedir la dimisión de quienes consideran responsables de abusos policiales contra manifestantes. Entre ellos nombraron a los gobernadores y jefes policiales de Estambul, Ankara y Hatay. Celik volvió a referirse a que la ola de protestas estaba manipulada por la oposición política y que pretendían echar sombra sobre los éxitos del gobierno, como la apertura de un proceso de paz con la guerrilla kurda o la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.

Celik trató además de suavizar las acusaciones de Erdogan en los primeros días de protestas, cuando dijo que los manifestantes eran saqueadores, extremistas y delincuentes. “El primer ministro habló de tres o cinco saqueadores”, dijo, tratando de revertir el impacto de la palabra, que se ha convertido en símbolo de la revuelta y sinónimo de luchador por los derechos. También aseguró que las autoridades locales compartirán con los manifestantes los planes de reurbanización del parque Gezi, la mecha que encendió las protestas, y que no hay, en ese sentido, motivo de preocupación.

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Manifestantes entre el humo de las fogatas en un parque de la ciudad turca de Izmir.
Imagen: AFP
 
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