EL MUNDO › MARCHAS EN VARIAS CIUDADES

Otro día de protestas en Brasil

Hubo violencia en Minas Gerais y gestos pacíficos en Río. Los manifestantes esperan refuerzos para hoy.

San Pablo, Salvador y Belo Horizonte fueron los principales escenarios de las marchas de protesta que siguen sacudiendo a Brasil, mientras que la playa de Río de Janeiro amaneció tapizada de pelotas de fútbol como “instalación” de protesta contra los gastos en la Copa de Confederaciones que se realiza en estos días y del Mundial del año que viene. Hubo choques entre manifestantes y policías en la capital de Minas Gerais cuando las columnas se acercaban al Estadio Minerao, donde México le ganaba a Japón por dos a uno. Los agentes golpearon a los que protestaban y los atacaron con balas de goma y gases. Hubo tres civiles muertos y cuatro policías fueron llevados al hospital, uno grave. Lo mismo ocurrió en Salvador, Bahía, donde Brasil le ganó a Italia por cuatro a cero. Ni siquiera la selección nacional frenó la marcha al estadio Arena Fonte Nova, cerca del que hubo también duros enfrentamientos.

Los choques ocurrieron pocas horas después de que la presidenta Dilma Rousseff convocara por cadena nacional al diálogo a los dirigentes de las concentraciones que conmueven al país y que causaron al menos dos muertos. La mandataria convocó anoche a un “gran pacto” a gobernadores y líderes de las protestas sobre tres ejes: la elaboración de un plan nacional de movilidad urbana que privilegie el transporte colectivo, la asignación de la totalidad de las regalías petroleras a la educación y la contratación de médicos extranjeros para ampliar la atención del Sistema de Salud.

“Nos preocupa el hecho de que Rousseff haya hablado de la violencia de los saqueadores, lo que es justo, pero no mencionó con el mismo énfasis la necesidad de que las fuerzas policiales no cometan abusos de poder; es sintomático que las manifestaciones ocurren en plena Copa de las Confederaciones”, dijo Carlos Costa, fundador de Rio de Paz, la ONG que colocó 500 pelotas en la playa carioca de Copacabana como protesta.

“Este es el tipo de discurso que hizo que el pueblo vaya a las calles; son palabras sueltas dichas al viento, ella debería decir al público que oyó la voz de las calles y adoptará las siguiente medida: reducir a 20 el número de ministerios (actualmente son 39)”, dijo por su parte el senador Alvaro Dias, del opositor Partido de la Socialdemocracia.

En pleno centro de las críticas, la FIFA indicó ayer que no considera hasta ahora suspender la Copa Confederaciones, según su vocero Pekka Odriozola. “En ningún momento la FIFA ha considerado o discutido abandonar la Copa Confederaciones con las autoridades locales”, dijo Odriozola en una rueda de prensa en el estadio Maracaná, luego de que dos minibuses de la organización fueran atacados a pedradas el jueves por manifestantes en Salvador. “Estamos monitoreando la situación con las autoridades”.

La organización internacional Reporteros sin Fronteras denunció ayer que veinte periodistas fueron agredidos y varios heridos durante las manifestaciones de las últimas dos semanas. “Aunque la mayor parte de esas agresiones, a veces acompañadas de detenciones, hayan sido cometidas por policías militares, algunos manifestantes también se han mostrado hostiles hacia los periodistas que cubrían las protestas”, detalló la ONG.

El masivo movimiento de protesta, que se apoyó y organizó en las redes sociales, también cuestiona el modelo de medios que impera en Brasil, país con una muy alta concentración en la propiedad y las licencias. Esta semana, el periodista Caco Barcellos de la influyente televisora Globo –por lejos la mayor del país– fue cercado e insultado por unos cien manifestantes en San Pablo. Los manifestantes lo empujaron y le gritaron “manipulador”. En otros momentos, manifestantes incendiaron una camioneta de la TV Record apostada al frente a la intendencia paulista para transmitir la protesta del martes, y un automóvil de la televisora SBT en Río de Janeiro. El informe de Reporteros sin Fronteras recoge el caso de una reportera que recibió un chorro de vinagre en el rostro. Los manifestantes usan vinagre para mitigar el efecto del gas lacrimógeno que utiliza la policía. Pero, hasta ahora, los periodistas heridos fueron víctimas de la represión policial.

En otro desarrollo, el movimiento Pase Libre, paraguas de las protestas, denunció la presencia de “conservadores” en las marchas y ocasionales agresiones a grupos que participaron. “Consideramos que grupos conservadores se infiltraron en los actos para defender propuestas que no nos representan”, dijo Rafael Siqueira, portavoz de Pase Libre. Siqueira habló de grupos que piden la penalización del aborto o la reducción de la edad de responsabilidad penal, y hasta de un grupo neonazi. En particular, Pase Libre se dijo alarmada por las agresiones contra grupos que llevan banderas o carteles con consignas de izquierda. Entre los grupos que denunciaron ataques está la Unión de Núcleos de Educación para Negras/os y la Clase Trabajadora, Uneafro. Su vocera, Bruna Provazi, dijo que sus militantes fueron atacados en San Pablo.

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