El nuevo director de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi, manifestó ayer su esperanza de que el gobierno del presidente Hasan Rohani solucione de manera pacífica la disputa nuclear internacional. El flamante ministro insistió en que las actividades de la OEAI son totalmente pacíficas y en línea con los intereses de la nación iraní. “La principal labor de la organización será construir plantas nucleares comerciales para generar electricidad y reactores de investigación para producir radiomedicamentos”, recalcó Salehi. Por su parte, Rohani dijo que sus compatriotas lo eligieron para cambiar la política exterior del país y alejarse del estilo grandilocuente adoptado por su predecesor. “Cualquier pequeño error en política exterior podría costarnos caro”, afirmó Rohani.

El nuevo mandatario señaló que su gobierno va a ajustar sus tácticas para acercarse a las potencias mundiales, pero afirmó que la República Islámica mantendrá sus principios. “No tenemos el derecho de utilizar la política exterior para cantar consignas o aplaudir”, dijo Rohani, en referencia al ex presidente Mahmud Ahmadinejad.

“La política exterior no es el lugar donde se puede hablar o tomar una posición sin prestar atención”, dijo el presidente durante la presentación de su nuevo ministro de Exteriores, Mohamed Javad Zarif. “La gente en las elecciones del 14 de junio dejó en claro que quiere una nueva política exterior”, consignó la agencia iraní oficial de noticias IRNA.

Salehi ofreció una relación más cordial a los demás países pero defendió las aspiraciones nucleares de Irán. “Aunque el expediente nuclear iraní es ficticio y no están justificadas las presiones sobre Irán, el gobierno y el régimen se esfuerzan para eliminar cualquier excusa de la otra parte contra las actividades nucleares de Irán”, aseguró el nuevo director del OEAI, en referencia a Estados Unidos y sus aliados.

El director de OEAI recordó además que el actual líder supremo del régimen teocrático, el ayatolá Ali Jamenei, dictó hace años un decreto religioso musulmán en el que prohibía la fabricación o el uso de armas de destrucción masiva y, en concreto, de bombas atómicas. Fue un intento de desmarcar a su país de la disputa nuclear que lo ha aislado en el plano diplomático. Irán esta sometido a sanciones internacionales por la ONU y también por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países, que sospechan que su programa nuclear podría tener fines armamentistas.

Antes de su designación como ministro de Exteriores por Ahmadinejad en diciembre de 2010, Salehi fue embajador de Irán ante la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) desde 1997 hasta 2005, secretario general de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) de 2007 a 2009 y también director de la OEAI de 2009 a 2010.

Las negociaciones con las potencias mundiales sobre la cuestión nuclear de Irán son uno de los retos principales de Rohani, quien remarcó que buscará unas mejores relaciones exteriores y que, respecto del programa atómico, favorecerá una mayor claridad pero proseguirá el enriquecimiento de uranio para fines civiles. Algunos países, como Estados Unidos, creen que el programa nuclear tiene una vertiente militar destinada a fabricar bombas atómicas, mientras Teherán lo niega y afirma que es exclusivamente civil y pacífico.

Rohani nombró también ministro interino de Ciencia, Investigación y Tecnología a Yafar Tofighi, y de Deporte, a Reza Salehi Amiri, según dijo ayer el asesor presidencial Mohamad Reza Sadeq. Tofighi fue ministro de Ciencia en el gabinete del ex presidente reformista Mohamad Jatami y Amiri era director adjunto de Investigación Cultural y Social del Centro de Estudios Estratégicos del Consejo del Discernimiento de Irán, que encabezaba Rohani hasta su elección como presidente.

Rohani aún no ha designado un ministro interino de Educación, después de que el Parlamento rechazara el pasado jueves a tres de los dieciocho miembros del nuevo gabinete propuestos por el presidente.