EL MUNDO › EL HIJO DE PRIEBKE RESPONDIó CON UNA PROVOCACIóN

“Por mí que lo entierren en Israel”

“Por mí que lo entierren en Israel si quieren, así están contentos”, sentenció Jorge Priebke, uno de los dos hijos del criminal nazi Erich Priebke, respondiendo sobre el lugar donde podría ser sepultado su padre. “Hay muchas injusticias”, deslizó el hijo de Priebke, de 68 años, que vive en Bariloche. “¿Por qué esta gente no se fija en lo que pasa en Medio Oriente, Siria, Irán o la pobre gente de Lampedusa que muere en el Mediterráneo? ¿Por qué no se fijan por ese lado? En cambio no, se la agarran con uno como Priebke y con una guerra que terminó hace 60 años o más. Que se dejen de joder. Son resentidos, esa gente viene jodiendo en el mundo desde antes de Cristo”, añadió a la agencia ANSA. Jorge Priebke, en coincidencia ideológica con su progenitor, se refería a los judíos sin nombrarlos.

Su padre fue detenido en Bariloche en 1994 y extraditado a Roma un año después. Fue condenado a cadena perpetua por la masacre de las Fosas Ardeatinas, pero en los últimos tiempos se había beneficiado con un régimen de arresto domiciliario. Tras aclarar que en los años transcurridos tras el proceso en Roma su padre vivió tranquilo, ya que siempre tenía quien lo cuide, Jorge Priebke precisó que no participará en los funerales. “No me alcanza el dinero para el viaje y por otra parte tengo un problema de cadera.” Además recordó que vive con una jubilación de dos mil pesos. “Es el mínimo, y tengo un automóvil que tiene 35 años”, afirmó.

Al referirse al tema de las Fosas Ardeatinas –el lugar en Roma donde el 24 de marzo de 1943 los alemanes, entre los cuales se encontraba Priebke, fusilaron por represalia a 335 italianos, de los cuales 75 judíos–, confirmó lo dicho por su padre en estos años. Tras destacar que el grupo estaba comandado por Herbert Kappler y otros oficiales, y que su padre no tenía un cargo alto en el grupo, Jorge Priebke confirmó el principio de la obediencia debida. “Eso es segurísimo, aunque no sé que cargo tuvo, nunca me interesé por la guerra, ando medio perdido. De todos modos, no fue responsable directo. Lo único que sé, puede ser, es que haya disparado dos veces”, sostuvo.

También recordó su último llamado, hace unos quince días, a su padre. “Nosotros hablábamos un minuto, a lo sumo dos, por lo tanto poco se puede decir. Llamábamos nosotros, él no tenía salida internacional. Nunca hablaba de las Ardeatinas, me decía poco, que tenía visitas, que estaba bien, no estaba enfermo. Me dijo: ‘Hasta la próxima’. En los días siguientes dejó de responder. Para mí que se dejó estar”, concluyó.

Al rechazo argentino por recibir el cuerpo de Priebke le siguieron el del alcalde de Roma, el dirigente de centroizquierda Ignazio Marino, y el de la propia Iglesia Católica. El gobierno alemán, por su parte, apuntó ayer que no hay ninguna solicitud oficial por parte de las autoridades italianas para enterrar a Priebke en suelo alemán. “El sitio y la forma en que se debe enterrar al señor Priebke tampoco es una decisión que corresponda al gobierno alemán”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Martin Schäfer. “Es más bien una decisión que deben tomar los familiares.”

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