Domingo, 1 de junio de 2014 | Hoy
EL MUNDO › ANIVERSARIO Y REPRESION
La policía turca dispersó ayer con gases lacrimógenos a manifestantes que acudieron al parque Gezi, en Estambul, para conmemorar el primer aniversario de las protestas que comenzaron por una disputa urbanística y acabaron exigiendo la renuncia del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. La manifestación estaba encabezada por un grupo de jóvenes que portaban una pancarta de un grupo de izquierda radical y que arrojaron botellas contra la policía, que reaccionó lanzando gas y golpeándolos con cachiporras.
Más temprano, algunos manifestantes habían logrado burlar los controles implementando métodos alternativos de protestas, como el caso de decenas de jóvenes que se congregaron en la plaza para sentarse a leer libros. La plaza Taksim, adyacente al parque, y la zona comercial de Istiklal Caddesi amanecieron rodeadas por las fuerzas policiales, carros hidrantes y excavadoras preparadas para levantar posibles barricadas y bloquear el ingreso.
Numerosas organizaciones vinculadas a las protestas de Gezi, las mayores de la historia reciente de Turquía, convocaron a marchas en todo el país para conmemorar el primer aniversario de las revueltas que tuvieron al país en vilo durante semanas. Sin embargo, las autoridades ya habían anticipado que no tolerarían ninguna reunión en la plaza y que más de 25 mil agentes apoyados por 50 camiones antidisturbios esperaban la orden para intervenir. “Los de (el parque) Gezi convocaron a una marcha a Taksim. Si van para hacer algo así, perdonen, pero la policía tomó medidas rotundas y hará lo que sea necesario, de la A a la Z”, advirtió Erdogan en un discurso difundido por la cadena CNNTürk.
Dentro del dispositivo para controlar las marchas, las autoridades limitaron el transporte que circula en las inmediaciones de la plaza y cancelaron el servicio de ferries que une la parte asiática con la europea, donde se encuentra Estambul. En los alrededores de la plaza se desplegaron también ambulancias y vehículos de los bomberos para prevenir posibles enfrentamientos.
El 28 de mayo de 2013, cientos de ecologistas acamparon entre los árboles del parque Gezi, de Estambul, único espacio verde que sobrevive en la ciudad, para impedir que las excavadoras lo arrasaran para construir un centro comercial. Los activistas fueron desalojados violentamente por la policía y más manifestantes acudieron al lugar. El 31 de mayo una nueva intervención de la policía para desalojar el parque y en la aledaña plaza Taksim desencadenó violentos enfrentamientos, con decenas de heridos, que marcaron el comienzo de la mayor ola de protestas en Turquía en décadas.
Desde que empezaron las protestas hasta hoy, 14 personas murieron en episodios relacionados con el parque Gezi. Pese a la fuerte oposición y a las denuncias de corrupción, el gobierno islamista conservador de Erdogan mantuvo su poder e incluso lo retuvo en las elecciones comunales celebradas en marzo.
Por otro lado, los miles de manifestantes que resistieron durante semanas en la plaza no lograron catalizar esa fuerza en la formación de algún movimiento político que altere el equilibrio de fuerzas vigente.
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