EL MUNDO › UN ATENTADO DE BOKO HARAM CAUSó 82 MUERTOS EN LA CIUDAD DE KADUNA

Coche bomba letal en Nigeria

Un coche fue detonado al paso de un convoy en el que viajaba el clérigo islámico Dahiru Bauchi, conocido por su oposición al grupo insurgente y que, sin embargo, consiguió salir ileso del atentado. Horas después, otra explosión sacudió Kaduna.

El grupo islamista Boko Haram volvió a atacar ayer durante un doble atentando en la ciudad de Kaduna, en el noroeste de Nigeria, dejando al menos 82 muertos. El primer ataque se produjo en la calle Isa Kaita de esa ciudad, capital del estado homónimo, uno de los principales objetivos del grupo radical islamista. Según el diario nigeriano Premium Times, el coche fue detonado al paso de un convoy en el que viajaba el clérigo islámico Dahiru Bauchi, conocido por su oposición al grupo insurgente y que, sin embargo, consiguió salir ileso del atentado.

No corrieron su misma suerte 32 de sus seguidores que murieron durante el ataque. La zona de la explosión, muy próxima a la concurrida plaza de Murtala, fue acordonada por la policía y los servicios de emergencias que tuvieron que atender y trasladar a cientos de heridos, en medio de un caos de sangre y escombros. Horas después, otra explosión sacudió una concurrida zona de Kaduna, muy cerca del primer atentado, donde murieron al menos otros 50 civiles. Según informó el portavoz policial Aminu Lawan a los medios locales, la segunda explosión ocurrió en una popular zona conocida como Kawo Motor Park.

El estado de Kaduna sufrió en junio último dos ataques simultáneos que causaron un total de 38 muertos. En aquella ocasión, las localidades afectadas fueron Ankpon y Kabamu, donde dos grupos de hombres armados abrieron fuego contra la población matando a 21 y 17 personas, respectivamente.

El norte de Nigeria es uno de los lugares donde más atentados produce desde hace meses Boko Haram. En lo que va del año, el grupo islamista asesinó a cerca de 3000 personas y a más de 12.000 desde 2009, según los cálculos del gobierno nigeriano. Boko Haram, que significa en lenguas locales “la educación no islámica es pecado”, lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.

El 14 de abril, Boko Haram secuestró a 276 alumnas de secundario de la localidad de Chibok (estado de Borno, noreste), con la intención de “venderlas” como “esclavas” o “casarlas” contra su voluntad, según anunció el jefe del grupo. Desde entonces, 57 de las rehenes consiguieron huir, pero 219 permanecen cautivas de los islamistas. Ayer se cumplieron cien días del secuestro. El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, se reunió ayer por primera vez con los padres de algunas de las chicas secuestradas.

Al encuentro acudieron más de 100 padres y cerca de 50 jóvenes que escaparon de su cautiverio. También otras autoridades del país, como el presidente del Senado, David Mark, y líderes de la comunidad de Chibok.

“El presidente se ha comprometido a hacer todo para que las niñas vuelvan”, aseguró uno de los asistentes a la reunión. En tanto, el portavoz de la presidencia, Reuben Abati, afirmó que la liberación de las estudiantes “es la prioridad del gobierno”.

Al principio, el ejército nigeriano supuso que las jóvenes habían sido trasladas a Camerún, pero hay indicios de que se las mantiene ocultas en Sambisa, una zona boscosa en el noreste de Nigeria. A pesar de esas pistas, no se hace nada para rescatarlas, dijo Jibo Ibrahim, activista de la ciudad de Abuya, la capital nigeriana. “El gobierno dice que no quiere emplear la violencia para no matar a las jovencitas al intentar rescatarlas. ¿Pero acaso el gobierno piensa que las chicas pueden seguir viviendo bajo esas condiciones por tiempo indeterminado?”, añadió el activista.

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Cadáveres en el asfalto tras un atentado con coche bomba en Kaduna, Nigeria.
Imagen: efe
 
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