Viernes, 16 de enero de 2015 | Hoy
EL MUNDO › MUSULMANES EN FRANCIA DESPUES DEL ATENTADO
Los musulmanes de Francia, que en su inmensa mayoría condenan los atentados jihadistas cometidos la semana pasada en París, se encuentran divididos entre el sentimiento de frustración y la negación de que esos actos puedan relacionarse con el Islam, afirmó el intelectual Rachid Benzine. Francia cuenta con la mayor comunidad musulmana de Europa, con unos 3,5 millones de personas. En este sentido, el presidente François Hollande recalcó ayer que los franceses de confesión musulmana tienen los mismos derechos y los mismos deberes que todos los ciudadanos (ver aparte), en momentos en que varias mezquitas fueron blanco de actos de vandalismo después de los atentados cometidos por tres jihadistas franceses.
Rachid Benzine, intelectual franco-marroquí, consideró que muchos musulmanes de Francia sienten desigualdad en el trato y un cierto rechazo por parte de la sociedad francesa. Entre humillaciones frente a las miradas condescendientes, en un país que todavía no hizo el duelo de su imperio colonial, temor a la estigmatización y sentimiento de que el laicismo no tiene en cuenta su sensibilidad religiosa, algunos no encuentran su lugar, señaló Benzine. Y eso ocurre incluso con gente totalmente integrada, que tuvo éxito, que no es especialmente religiosa y que termina por pensar en irse de Francia, agregó el académico.
“Las publicación de caricaturas de Mahoma por Charlie Hebdo fueron mal percibidas por personas que tienen el sentimiento de que no se tiene en cuenta su paisaje interior”, agregó Benzine. No fueron pocos quienes en las últimas horas proclamaron en las redes sociales “Yo no soy Charlie”, contradiciendo la frase emblema de la solidaridad con los periodistas asesinados del semanario satírico.
El primer ministro francés, Manuel Valls, recalcó a mediados de semana que el delito de blasfemia, reprimido en los países musulmanes, pero también en la tradición cristiana, no existe ni existirá nunca en Francia. La historia del nacimiento del laicismo en Francia, como resultado de largos conflictos con la Iglesia Católica, explica el apego de los franceses a la libertad de crítica e incluso al derecho a burlarse de las religiones. Rachid Benzine, autor del libro Les nouveaux penseurs de l’Islam (Los nuevos pensadores del Islam), señala una negación que concierne a los musulmanes y a sus representantes. “Dicen que esos atentados, que los actos de Daesh (sigla en árabe del grupo Estado Islámico) no tienen nada que ver con el Islam, lo que es falso”, manifestó.
“Esos actos son también una expresión del Islam contemporáneo, alimentado por el avance del wahabismo o de los Hermanos Musulmanes, que reemplazaron al Islam tradicional”, consideró Benzine, recalcando que el jihadismo no tendría el éxito que tiene si no hubiera adhesión de una parte de los musulmanes del mundo a los que representa.
Rachid Benzine hizo hincapié asimismo en las frustraciones de los jóvenes tentados por el jihadismo, en una sociedad que no les ha dado su lugar. Pero instó también a los musulmanes a ser capaces de autocrítica, de analizar lo que no anda, lo que falló en la enseñanza del Islam. “Existe una historia sagrada del Islam, pero no un verdadero trabajo de historia del Islam”, subrayó el intelectual francés. “Esos jóvenes son analfabetos religiosos. Están en ruptura con la tradición musulmana y no tienen herramientas para responder a los desafíos a los que se ven enfrentados”, sentenció.
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