Andalucía, la región más poblada y con mayor desempleo de España, elige hoy Parlamento y gobierno en unos comicios donde fuerzas emergentes como Podemos disputarán el poder a los partidos tradicionales. Los comicios de la sureña región española funcionarán como laboratorio de pruebas, cuyos resultados permitirán comprobar el impulso de los nuevos partidos que surgieron al calor del descontento social por la crisis económica y las políticas neoliberales que mantienen al país con una tasa de desocupación de más del 23 por ciento.

Podemos, que tuvo poco tiempo para desplegar su estructura en Andalucía, debido al adelanto electoral, tendrá la oportunidad de verificar en las urnas si, como dice su líder Pablo Iglesias, pueden vencer a los enemigos del cambio y a las encuestas. “Llevamos un año escuchando al partido del no, al partido del no se puede. Nosotros les decimos que sí se puede”, prometió Iglesias junto a su candidata, Teresa Rodríguez en el cierre de campaña en Sevilla, quien las previsiones la ubican en el tercer lugar.

Respecto al Partido Socialista Español (PSOE), estas elecciones son cruciales porque enfrentarán por primera vez al ascendente Podemos precisamente en un territorio cuyo voto fue históricamente indispensable para que los socialistas lleguen a La Moncloa. “El 22 de marzo abriremos un tiempo de cambio seguro en toda España. La victoria socialista en Andalucía es la victoria del conjunto del socialismo español”, proclamó el líder de la agrupación, Pedro Sánchez en el cierre de campaña de la candidata del PSOE a la presidencia de Andalucía, Susana Díaz. Las encuestas posicionan a Díaz como vencedora en los comicios, que le servirían como trampolín para ser la candidata socialista a jefe de Gobierno de España. Por su parte, el Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy, lleva a un desconocido Juan Manuel Moreno como candidato. La agrupación fue primera fuerza en los anteriores comicios –pero no pudo gobernar gracias al acuerdo entre el PSOE y la Izquierda Unida (IU)–, obtendría el 25,7 por ciento de los sufragios, y retrocedería de 50 a 34 escaños.