Un millar de supuestos militantes nacionalistas atacó ayer a simpatizantes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), una formación izquierdista nacida del movimiento kurdo, durante un mitin en la localidad de Erzurum, en el nordeste de Turquía, en vísperas de los comicios parlamentarios del domingo próximo.

Los agresores quemaron un minibús del HDP en el que se hallaba el conductor, que resultó herido, e intentaron linchar a un joven simpatizante del partido, informó el diario Cumhuriyet. La muchedumbre, que enarbolaba banderas turcas, derribó una barrera policial para lanzarse a la plaza donde se desarrollaba el mitin, bajo gritos de “¡Venganza!” y “¡Esto es Erzurum, de aquí no sale nadie!”, mientras la policía intentaba dispersarla con cañones de agua y gas lacrimógeno. Un policía resultó herido en la cabeza y los agresores no permitieron que se acercara una ambulancia. El orden se restableció tras la llegada de tropas de la gendarmería que protegieron finalmente a los aproximadamente 2000 simpatizantes del HDP, reunidos para escuchar un discurso del copresidente del partido, Selahattin Demirtas. El político pidió a sus seguidores mantener la calma y evitar cualquier enfrentamiento violento tanto en los mitines como durante la jornada electoral del 7 de junio e incluso después.

Las elecciones del próximo domingo son las más reñidas desde 2002 y si el HDP supera la barrera electoral del 10 por ciento, algo que la mayoría de las encuestas da por descontado, el conservador e islamista moderado partido Justicia y Libertad del presidente Recep Tayyip Erdogan puede perder la mayoría absoluta de la que goza desde hace 13 años. Si ese pronóstico se cumple fracasaría el plan maestro de Erdogán, que necesita mantener la mayoría absoluta de los 550 asientos parlamentarios en juego para reformar la Constitución y pasar de su actual forma de gobierno parlamentario a un cerrado presidencialismo. El HDP, que en los últimos meses se ha convertido en la opción preferida para una importante parte de la izquierda turca, tiene sus raíces en el sureste kurdo del país y gran parte de la población lo considera aún el brazo político del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda declarada terrorista en Turquía.