EL MUNDO › AVANZAN LO PACTOS POSELECTORALES TRAS LOS COMICIOS REGIONALES EN ESPAÑA

Juntos, pero sólo para ganarle a Rajoy

Los líderes del Partido Socialista, el Popular, Podemos y Ciudadanos aceleran las reuniones en los días previos a la investidura en las ciudades y trece comunidades del país para alcanzar acuerdos que les permitan formar gobierno.

 Por Flor Ragucci

Desde Barcelona

A menos de una semana para la constitución de los gobiernos municipales y escasos días más para los regionales, los políticos españoles no tienen agenda suficiente para la cantidad de encuentros que entre unos y otros se programan a contrarreloj. Desde que el 24 de mayo las elecciones en trece autonomías y todas las ciudades del país acabaran con las mayorías absolutas del Partido Popular (PP) y repartieran el poder ya no solo entre las dos grandes formaciones tradicionales –populares y socialistas– sino también entre nuevos actores como Podemos y Ciudadanos, a los dirigentes no les quedó más remedio que sentarse a dialogar.

Así es que durante los últimos siete días se suceden imágenes inéditas en diarios y televisiones de España: Rajoy con Rivera (líder de Ciudadanos), Rivera con Sánchez (secretario general del Partido Socialista), Sánchez con Iglesias (número uno de Podemos). Cenas, almuerzos, desayunos... “encuentros cordiales”, como los definen sus propios protagonistas. Pero no es de mera cordialidad de lo que se trata, sino de negociar los gobiernos de las comunidades autónomas y los principales ayuntamientos tras las elecciones del pasado 24 de mayo. La izquierda continúa las negociaciones para hacerse con los gobiernos de Aragón, Navarra, Valencia y Madrid, donde la derecha ganó los comicios pero sin alcanzar la mayoría absoluta y, por eso, en solo 48 horas los líderes del PP, Partido Socialista (PSOE), Ciudadanos y Podemos multiplicaron sus contactos.

Todos los que antes se rechazaban frontalmente ahora se afanan en pulir diferencias para llegar a acuerdos rápidos que, como mucho en dos semanas, logren echar a los de Rajoy. El caso más llamativo fue el de los máximos representantes de PSOE –Pedro Sánchez– y Podemos –Pablo Iglesias– que este miércoles cenaron juntos, durante hora y media, en el reservado de un hotel de Madrid. Esta cita –que hasta hace un mes parecía impensable– abrió el camino hacia un posible deshielo entre ambos pero no tuvo efectos concretos inmediatos. Lo único que acordaron los dos políticos en su primer encuentro, según fuentes de ambos partidos a la salida de la reunión, fue dejar en manos de los líderes territoriales las negociaciones y las decisiones sobre pactos poselectorales. “Pedro Sánchez me pareció un tío majo, una persona cordial, y es importante que entre personas que van a tener que hablar, incluso para decirse que no, exista cordialidad”, explicó Iglesias a la cadena española Telecinco al día siguiente del encuentro. El líder de Podemos insistió en que “no entrará en un gobierno autonómico presidido por el PSOE” y que “facilitará las investiduras que respeten dos líneas rojas: tolerancia cero contra la corrupción y medidas de rescate ciudadano”.

Pablo Iglesias tuvo que defenderse de las críticas que le llovieron tras la reunión con el número uno de los socialistas por haberse celebrado a puertas cerradas en el reservado de un hotel, formato que más tiene que ver con antiguas prácticas políticas que con las nuevas formas que su partido propone. “Muy en secreto no es, porque se sabe hasta lo que comimos. De más transparencia no se puede hablar, lo único que no se sabía era el lugar ni la hora”, alegó Iglesias.

Los candidatos de Podemos para las comunidades, por su parte, ya se reunieron con sus homólogos socialistas en Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha y en la Comunidad de Madrid, para apoyar gobiernos que desalojen al PP de las instituciones, con lo cual el proceso de acercamiento entre ambas formaciones ya está en marcha y a Mariano Rajoy eso le preocupa. Así lo declaró este viernes en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Marruecos, Abdelilah Benkiran, tras celebrarse la XI Cumbre Hispano-Marroquí, donde el presidente de gobierno aseguró estar “muy preocupado” porque durante la campaña Pedro Sánchez descartó pactar con el PP. “No me gustan nada los pactos municipales que estoy viendo”, señaló el jefe del Ejecutivo español en referencia a las alianzas que los socialistas están negociando en ciudades como Madrid, Valencia o Zaragoza y que permitirán a las candidaturas de unidad popular –integradas, entre otras formaciones, por Podemos– gobernar sus ayuntamientos. “La exclusión del PP es muy mala para España”, insistió Rajoy y le recordó a Sánchez que el PSOE “está dando poder a partidos de extrema izquierda”.

Pero los socialistas no sólo están estrechando lazos con formaciones antineoliberales como Podemos sino también con las que se posicionan en el lado opuesto del tablero. El martes –un día antes del encuentro con Pablo Iglesias– Sánchez se reunió con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para buscar acuerdos en las comunidades en las que también pactando con ellos los socialistas podrían gobernar. En el que fue su primer encuentro, ambos dirigentes decidieron dejar que sean los líderes regionales de ambas formaciones los que negocien. No obstante, fuentes de los dos partidos aseguraron ante los medios que Sánchez le insistió mucho a Rivera para que en la Comunidad de Madrid dé su respaldo al candidato socialista, Angel Gabilondo (quien necesitaría de los 17 diputados electos de Ciudadanos para gobernar).

Albert Rivera, sin embargo, no se define. Aunque sí confirmó que su partido no apoyará a formaciones en cuyas listas haya imputados en casos de corrupción y, por eso, se encuentran paralizados los posibles pactos con el PP; tampoco se desliga completamente de los populares. De hecho, tras la reunión con Pedro Sánchez, el líder del nuevo partido de centroderecha se juntó a almorzar con Mariano Rajoy nada menos que en el Palacio de La Moncloa. Del encuentro no trascendió ningún detalle más que el de la consabida “cordialidad” y un breve tuit de Rivera que remarcaba que “la nueva etapa que vive España implica cambios y diálogo”.

Los únicos que no compartirán mesa en estos días previos a la constitución de los flamantes gobiernos serán Rajoy e Iglesias. En rueda de prensa, el presidente de la Nación reiteró que no tiene previsto reunirse con el líder de Podemos y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a su vez, volvió a marcar distancias: “Es importante subrayar que la radicalidad lo único que puede generar es incertidumbre frente a la atracción de inversiones o creación de empleo que genera la estabilidad actual”.

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Rajoy perdió sus mayorías absolutas en ciudades y regiones y la opocisión se une en su contra.
 
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