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A Roseana Sarney, la candidata presidencial por el Partido del Frente Liberal (PFL), las encuestas le están bajando el pulgar. Luego de haber rivalizado el primer puesto con Luiz Inácio Lula Da Silva, ahora estaría casi en un empate técnico con el candidato de Fernando Henrique Cardoso: el ex ministro José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Un sondeo de opinión divulgado ayer mostró que la imagen de la actual gobernadora del estado de Maranhao se desplomó. Tras conocerse los números, su marido –el empresario Jorge Murad– renunció al cargo que ocupaba en la gobernación.
Tras el allanamiento judicial realizado hace dos semanas por sospechas de corrupción contra su esposo, Roseana encabezó una ofensiva al interior de su partido que terminó con el abandono del PFL de la coalición gubernamental y la renuncia de sus cuatro ministros el jueves pasado. Roseana insistió en que el operativo judicial contra Murad se trataba de un montaje para desprestigiarla y favorecer al candidato oficialista José Serra, del partido de Fernando Henrique Cardoso. Pero la estrategia parece no haberle dado resultado. Según una encuesta del instituto GPP divulgada ayer, a ocho meses de los comicios de octubre, el índice de preferencias de los electores por Sarney bajó al 18,3 por ciento, siete puntos porcentuales menos que el mes pasado. Pese a su descenso, Sarney se mantiene en el segundo puesto en la disputa electoral, detrás de Lula, el precandidato del Partido de los Trabajadores (PT), quien mantiene el 27,1 por ciento de las preferencias. En tercer lugar aparece ahora el “delfín” de Cardoso, el ex ministro de Salud José Serra, con un 15,3 por ciento de las intenciones de voto, lo que lo deja técnicamente empatado con Roseana Sarney. La encuesta fue realizada por encargo del propio PFL. En un intento de parar el derrumbe de la candidata, su marido renunció ayer al cargo de secretario provincial de Planeamiento que ocupaba en el estado que gobierna su esposa. Además, admitió que mantenía ilegalmente en su poder dinero recaudado con empresarios para financiar la campaña proselitista de su mujer. Este hecho contradice la legislación brasileña, ya que el proceso de recaudación de contribuciones a las campañas electorales sólo puede ser iniciado después de las convenciones de los partidos que designan los candidatos, lo que ocurrirá en el período entre el 10 y el 30 de junio.