EL MUNDO
“El gobierno de Bush sólo se sostiene por el miedo”
Dennis Kucinich, representante demócrata por Ohio, fue uno de los primeros líderes contra la guerra. También es el precandidato más izquierdista a la presidencia. Diálogo exclusivo con Página/12.
Página/12, en EE.UU.
Por María Silvina Gioannini, Desde Nueva York
–¿Qué opina de la reciente captura de Saddam Hussein?
–Creo que con la captura de Hussein el gobierno norteamericano ha conseguido su objetivo de sacarlo del poder. Ahora la meta debe ser terminar con la ocupación de Irak. Se deben seguir las leyes internacionales y Saddam Hussein debe hacerse responsable por sus acciones. Estados Unidos debe aprovechar este momento para terminar con la ocupación, dialogar con la comunidad internacional para alcanzar un plan a través del cual se pueda estabilizar Irak, llevar tropas de paz de las Naciones Unidas y hacer que las tropas americanas regresen a los Estados Unidos.
–¿Entonces usted propone el retiro inmediato de las tropas norteamericanas en Irak?
–Mi proyecto llama a que los Estados Unidos tome un enfoque completamente nuevo el cual implica que la ONU maneje el envío de tropas de paz rotativas a Irak de acuerdo con lo siguiente: 1) Que EE.UU. entregará a la ONU el manejo de todas las ganancias de las compañías petroleras en Irak, que la ONU manejará esas ganancias en nombre del pueblo iraquí hasta que ellos se puedan gobernar por sí mismos. 2) Que EE.UU. le entregará a la ONU todos los contratos en Irak, hasta que el pueblo iraquí pueda manejarse por sí solo. 3) Que EE.UU. le entregue a la ONU la causa de gobierno en Irak. 4) Que EE.UU. abandone todas sus ambiciones de privatizar Irak. Todo el proceso de las contrataciones está manchado y necesita restaurarse, esto es lo que debemos hacer para poder convencer a la comunidad internacional de que no habrá más tratos “de amor” a la manera Halliburton, no más ganancias basadas en la guerra, no más contratos que vayan al menor apostador, ni a las compañías que contribuyen con el gobierno norteamericano. Ya sabemos que la Autoridad Provisional y el Consejo de Gobierno iraquí no tienen las mismas ideas: cualquier intento de Estados Unidos de tomar el gobierno de Irak va a ser rechazado, por eso debemos dejar que el gobierno de Irak sea manejado por la ONU. A menos que EE.UU. cambie sus intenciones de manejar los recursos iraquíes, las tropas norteamericanas nunca van a salir de Irak. Yo estoy seguro de que mi plan lograría que las tropas salgan y que la ONU envíe tropas rotativas preservadoras de la paz. Este contrato nos pondría en la posición de estabilizar Irak y terminar con el derramamiento de sangre.
–Usted ha dicho recientemente que “ha habido un esfuerzo deliberado de paralizar los corazones de los norteamericanos ocultándoles las verdaderas causas de las acciones de su país”. ¿Por qué piensa usted que se intenta paralizar a los norteamericanos?
–Primero necesito explicar mi papel en el Congreso de los Estados Unidos. En octubre del 2002 desafié los planes del gobierno de Bush de atacar Irak, organizando a 126 demócratas para que voten contra la resolución de guerra. Antes de que me postulara como candidato a presidente, no sólo fui uno de los líderes que se opuso al ataque, sino que también desafié la Ley Patriota. Y soy el único candidato a presidente del Partido Demócrata que votó contra la guerra y contra la Ley Patriota, que está basada en el miedo. Este gobierno promueve el miedo deliberadamente a través de su sistema de alarma de colores, del cual casualmente no se escucha más, con sus directivas absurdas que le indicaron a la gente que compre cinta aisladora para tener seguridad en los hogares, con sus minutos de temor creados con llamados telefónicos fantasmas que después se pasaban en todo el país, con sus tambores de guerra sonando contra una nación que no nos atacó. Ellos crearon un enemigo en Saddam Hussein, y le hicieron creer a la gente que Saddam Hussein fue responsable por el 11 de septiembre, y lo hicieron para justificar un ataque en Irak. Así que el gobierno mintió, simplemente le dijeron mentiras al pueblo norteamericano.
–El gobierno ha informado que en el tercer trimestre la economía creció 8,2 por ciento. Usted se opuso a los recortes de impuestos que el gobierno de Bush les concedió a los ricos como forma de hacer crecer la economía, pero ahora parece que la economía está creciendo de todos modos.
–Tenemos que mirar bien de cerca lo que está pasando con la economía. Tuvimos un trimestre extraordinario pero ocurrió por dos factores: el reembolso de los impuestos y los financiamientos hipotecarios debido a las tasas de interés variables. Estos dos factores son sólo un tipo de estímulo. Todavía estamos esperando las cifras de las tasas de desempleo de este mes. Incluso si estas cifras indican una suba en el empleo todavía sería un punto porcentual leve. El crecimiento de la economía hay que ponerlo en contexto: desde octubre de 1998, se perdieron tres millones de trabajos en el área de la industria. Por lo tanto todavía hay un camino muy largo por recorrer antes de volver al nivel de producción de hace cinco años. Y la mayoría de los economistas concuerda con que esta baja en la producción industrial señala los verdaderos problemas de nuestra economía, que no se han revertido. La desigualdad de los sueldos aumenta con la baja en la producción, y un descenso a largo plazo nos dará como resultado una sociedad con menos igualdad. Estos problemas económicos están relacionados con el déficit presupuestario, que es de 500.000 millones y el déficit comercial que está sobre los 500.000 millones y no es sostenible. EE.UU. no será capaz de seguir importando como lo hace ahora indefinidamente. Hay una cantidad finita de bienes que los EE.UU. le puede vender a los inversionistas extranjeros a cambio del superávit galopante del déficit comercial. Mi visión de la economía quiere que EE.UU. se oriente hacia una distribución justa de la riqueza. Hoy tenemos 45 millones de norteamericanos que no tienen cobertura médica porque no la pueden pagar, y a los millones que tienen seguro médico cada vez se les hacen más recortes en los beneficios, hay familias que entran en bancarrota por los altos costos de los seguros médicos. Yo propongo la asistencia médica universal y que se termine con el sistema de seguros médicos de ganancia y racionados. Hay otra área en la cual yo me ocupo de la distribución injusta de la riqueza de la nación y es creando un contexto para garantizar la enseñanza gratuita en las universidades públicas, esto permitirá que muchos padres puedan mandar a sus hijos a la universidad, cosa que ahora no pueden hacer. También propongo el cuidado completamente gratuito de los niños, cinco días por semana, para aquellas familias que hoy en día pagan entre cinco y siete mil dólares y tienen que decidir entre ir a trabajar y dejar a sus hijos sin cuidado. También hablo de una economía con pleno empleo, cerciorándome de que el gobierno garantice trabajo si el sector privado lo recorta.
–Durante la década del ’90, en Argentina se aplicó una serie de políticas neoliberales que llevaron al colapso de la economía en diciembre de 2001. Después de la crisis muchos argentinos se dieron cuenta de que todo era una fachada muy linda, pero muy vacía.
–Ahí está la trampa en la que cualquier nación puede caer, cuando se le prometen grandes riquezas pero no se miran las consecuencias a largo plazo que esas políticas traen. Pienso que en todo el mundo la gente está lentamente despertándose, dándose cuenta de que los intereses de las compañías multinacionales están dedicados exclusivamente a mejorar la posición de los mercados. Se puede encontrar de todo en los mercados internacionales, excepto integridad. Las multinacionales se dedican al negocio de vender espejismos de riquezas, de libertad, de progreso económico, no se dedican a promover el bienestar social sino que vendentumbas económicas. ¿Cuantas naciones le pidieron préstamos al FMI, privatizaron, cortaron sueldos y beneficios pero de todas maneras no pudieron mantener su crecimiento? ¿Cómo es que lo mismo sucedió en todas partes del mundo? Mire lo que están tratando de hacer con el gobierno de EE.UU. Se lo quieren dar a las corporaciones. Quieren privatizar todas las agencias dependientes del gobierno, el correo, las máquinas registradoras de votos; el sistema de asistencia médica se lo quieren dar a Wall Street... Esto no es una democracia, es una plutocracia. Como presidente de EE.UU. voy buscar la cooperación con todos los países del mundo, alentar a los países que quieren ser independientes, perdonar las deudas externas. EE.UU. ha usado su poder para ayudar a que las multinacionales destruyan las aspiraciones de las personas de todo el mundo.
–¿Podría hablar un poco sobre el Departamento de Paz que está creando?
–Es muy importante porque es un nuevo rol y una nueva posición para EE.UU. en nuestro país y en el mundo. La idea del Departamento de Paz, que ya ha sido aprobada por más de 50 miembros del Congreso de Estados Unidos, es una idea que propuse en julio de 2001. El Departamento de Paz reconoce los problemas de violencia en la sociedad norteamericana, nosotros tenemos problemas de abuso de menores y conyugales, hay problemas de violencia entre las comunidades y la policía, hay violencia racial, violencia contra los homosexuales y violencia entre pandillas. Como presidente quiero trabajar para hacer de la no violencia el principio organizador de nuestra sociedad tanto en nuestra política nacional como internacional. A nivel nacional el Departamento de Paz creará programas de educación y apoyará a las ONG y a las comunidades que se dediquen a trabajar contra la violencia en los hogares, en las escuelas y contra la violencia de cualquier otro tipo. A nivel internacional examinará los problemas que llevan a la guerra.
–Un aspecto muy interesante de sus discursos es que la mayor parte de ellos tienen un contenido espiritual muy fuerte. ¿Piensa que en el futuro los políticos, reflejarán una manera de vivir diferente, leyes diferentes?
–Yo veo el mundo de una manera holística, interdependiente e interconectado, lo que cualquiera de nosotros elige afecta a todos los demás. Todos tenemos un potencial enorme para cambiar el mundo de una manera positiva, y en el sentido opuesto también. Pero se necesita una cierta cantidad de fe en uno mismo, en el valor, la autenticidad y la integridad de nuestros sueños. Yo me refiero al poder que el corazón humano tiene para sobrepasar cualquier condición y al poder del espíritu humano para servir como una fuerza guiadora. Todos somos “uno”, pero tendemos, por medio de una manera de pensar dividida, a separarnos el uno del otro, cuando lo que toda la humanidad reclama es poder sobrevivir, sentir alegría, esperanza por aquello que nos conecta con lo trascendental. ¡Hay tanto en la vida! Pero las estructuras gubernamentales están muy, muy distantes de lograr una verdadera ética humanitaria. Pienso que la humanidad se mueve hacia la unidad. Le doy un ejemplo. ¿Recuerda el fin del milenio? ¿Recuerda cómo, a pesar de que había miedo, la gente de todo el mundo se unió para celebrar? Estamos comprendiendo que nuestra naturaleza no es el miedo sino la alegría. La parálisis que vemos hoy en el pueblo norteamericano se incrementa por culpa de un gobierno que intensifica el temor hablando de conflicto tras conflicto. Esto no es una causa suficiente para gobernar y tiene que parar, yo hablo en nombre de conectar la comunidad internacional, por eso el tema central de mi campaña electoral es un llamado hacia la paz. ¿Qué puede ser más práctico que la paz, más impráctico que la guerra?