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Por Andrew Osborn *
Desde Moscú

Las fuerzas de seguridad rusas estaban bajo presión anoche después de que se reveló que las dos mujeres terroristas chechenas que destruyeron dos aviones en agosto con la pérdida de 90 vidas habían sido detenidas y dejadas en libertad pocas horas después. Los funcionarios ya habían descubierto que el dúo sobornó a un revendedor de pasajes para subir a los aviones a último momento, evadiendo la seguridad y el chequeo de identidad. El revendedor, que desde entonces está bajo arresto, sobornó a su vez a los funcionarios del aeropuerto con sólo 35 dólares para conseguirles asientos a las mujeres.
Vladimir Ustinov, el fiscal general de Rusia, dijo que las dos “viudas negras”, llamadas Satsita Jebirkhanova y Aminat Nagaeva, habían llegado al aeropuerto en un vuelo del sur de Rusia esa misma noche y junto con hombres chechenos habían despertado inmediatas sospechas. “Los oficiales de la policía los vieron, confiscaron sus pasaportes y los entregaron al capitán de policía responsable de operaciones antiterrorismo para examinar sus pertenencias”, dijo Ustinov. “El capitán los dejó ir sin ningún chequeo y comenzaron a tratar de conseguir pasajes en el mismo edificio”, añadió. Los medios rusos ya hicieron relucir el fantasma de la negligencia y el servicio de seguridad FSB le dijo al público que cree que otras dos viudas negras están sueltas en Moscú, provocando temor de otro ataque. La foto de una está en exhibición en la ventanilla lateral de muchos automóviles de policía de la ciudad. Se dice que Shamil Basayev, el señor de la guerra supuestamente responsable de la masacre de Beslán, entrenó una brigada de por lo menos 20 viudas negras, pero los funcionarios admiten que podrían ser muchas más. Mientras, detalles nuevos y perturbadores de la tragedia de Beslán siguieron apareciendo, al tiempo que altos diputados rusos dijeron que el país consideraría reinstalar la pena de muerte por terrorismo.
Los medios rusos informaron que a los secuestradores se les prometió aparentemente hasta 300 dólares a cada uno por su participación en el sitio y muchos no sabían que había niños involucrados. Según algunos informes, el plan original había sido volar el gimnasio de la escuela matando a todos los rehenes la noche del viernes 3 de septiembre; los terroristas esperaban poder escapar en la confusión posterior. Basayev se adjudicó el ataque y hasta posó en fotografías con armas robadas. El presidente Vladimir Putin dijo ayer que de ninguna manera negociaría con los terroristas. “Hay una sola manera de tratar con esta gente: con legalidad y dureza.” Estados Unidos y la Unión Europea criticaron a Putin por introducir reformas antiterroristas que creen pueden diluir la democracia.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.