EL MUNDO › CONVOCARON A NUEVAS MANIFESTACIONES PARA ESTE FIN DE SEMANA
La China se avecina contra Japón
La tensión prometía volver a subir este fin de semana con nuevas manifestaciones antijaponesas en varias importantes ciudades chinas, mientras Tokio calificaba a su vecino de “problema serio” para su seguridad y la Unión Europea renovaba el embargo de armas.
Las ciudades más importantes de China se preparaban para nuevas manifestaciones antijaponesas este fin de semana, mientras las representaciones diplomáticas niponas en China recomendaban ayer a sus ciudadanos que tomaran precauciones. Según llamados efectuados a través de Internet, en China se está preparando una segunda ola de manifestaciones antijaponesas, para denunciar la actitud nipona ante su pasado y su reivindicación de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sitios de Internet y foros de discusión en línea hicieron un llamado a los chinos para que manifiesten este fin de semana en Pekín, Cantón (sur), Shenyang (nordeste) y Chengdu (sudoeste). Estas protestas coinciden con la llegada a China del ministro japonés de Relaciones Exteriores, Nobutaka Machimura.
El aumento de las tensiones entre los dos vecinos provocó preocupación en la comunidad internacional. Estados Unidos, que observa atentamente y sin tomar partido el deterioro de las relaciones, llamó a las dos potencias asiáticas a resolver pacíficamente sus diferencias. “Nunca fuimos invitados a participar de las conversaciones” sobre las relaciones entre Japón y China, indicó un alto funcionario del Departamento de Estado que pidió el anonimato. “Y no creo que sea útil”, añadió. En Nueva York, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, llamó a ambos países a la reconciliación, mientras que la Unión Europea lamentó ayer “el aumento de la tensión”, alentando a ambos países al diálogo para calmar la situación. No está claro si Pekín, sometida a las presiones de Tokio para que desautorice estas manifestaciones, permitirá que se lleven a cabo.
“Si China permite que continúen las manifestaciones, esto implicará un riesgo para la política interior”, dijo Wong Yiu Chung, un analista de la Universidad Lingnan de Hong Kong.
Las misiones diplomáticas niponas en China enviaron un alerta urgente a sus ciudadanos recomendándoles que evitaran los lugares de las manifestaciones. Japón sugirió igualmente a sus nacionales en China que “fueran prudentes con sus comentarios y su actitud al tratar con chinos, incluidos los empleados de compañías japonesas”. A su vez, y en Tokio, la residencia del embajador chino en Japón fue objeto de actos de vandalismo, y un consulado chino en Osaka recibió una carta amenazadora el viernes, en una aparente represalia por las violentas protestas antijaponesas en China.
El fin de semana pasado, decenas de miles de personas desfilaron por las calles de tres ciudades chinas para denunciar la actitud de Japón frente a su pasado imperial. La reedición en Japón de un manual de historia, en el que se minimizan las atrocidades cometidas por el imperialismo nipón en Asia en la primera mitad del siglo XX, irrita a las autoridades de Pekín, que acusan a Tokio de tergiversar los acontecimientos. China también está molesta porque Japón acordó a sus compañías el derecho a efectuar prospecciones marítimas en un área que las autoridades chinas consideran como su zona económica exclusiva. Aunque las autoridades chinas apoyan la ampliación del número de escaños permanentes en el Consejo de Seguridad y la candidatura de países como India, Alemania o Brasil, se oponen a la presencia de Japón en este organismo.