EL MUNDO › MANIFESTANTES AMENAZARON INMOLARSE EN LA FRONTERA
Un Uzbekistán que se prende fuego
La situación seguía tensa en Uzbekistán en la frontera con Kirguistán ayer, con una manifestación en Karasú para reclamar la liberación de un líder islamista local. Centenares de manifestantes, algunos rociados de gasolina y que amenazaban con inmolarse, exigieron la liberación de los líderes opositores Dilmurat Palvan y Bajtiar Rajímov, que fueron detenidos tras los disturbios del 13 y 14 de mayo pasados en la ciudad de Andizán.
Alrededor de 2000 personas se manifestaron frente a la sede de la administración de la ciudad de Karasú reclamando información sobre el destino de los detenidos. Tras varias horas de mitin, las autoridades lograron convencer con amenazas y argumentos a los manifestantes para que abandonaran la plaza, que quedó ocupada por el ejército y la policía. Según relataron habitantes de esa ciudad, durante la manifestación, la esposa de uno de los detenidos se roció a sí misma y a sus cuatro hijos con gasolina y amenazó con inmolarse si las autoridades no cedían a las demandas de los manifestantes. Entretanto, según filtraciones no confirmadas que recogió la agencia rusa Interfax, similares protestas estallaron también en Pajtabad, otra ciudad uzbeka situada en la frontera con Kirguizistán.
Las autoridades kirguizes reforzaron la guardia de la frontera en la zona de Karasu, especialmente en los dos puntos de control, situados a orillas del canal Sharijansay que separa a los dos países. La decisión fue adoptada después de que en la madrugada de ayer, unas 500 personas intentaran cruzar la frontera y pedir asilo en Kirguizistán como refugiados. Según los habitantes locales, el intento de cruzar la frontera fue emprendido “ante todo para llamar la atención de la prensa extranjera”, que se encuentra del lado kirguiz y a la que las autoridades uzbekas impiden la entrada en el país.
Estados Unidos expresó su “decepción” por el rechazo del presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, a una investigación independiente sobre los hechos de violencia en Andizán y subrayó que parte de su ayuda a ese país sigue condicionada a los avances en materia de Derechos Humanos. Pero Uzbekistán permite usar a Estados Unidos una importante base que fue crucial para la ocupación de Afganistán y es poco probable que cumpla su palabra.