EL MUNDO › LOS PRIMEROS RESULTADOS DEL REFERENDUM EN IRAK
La Carta esperada a la fuerza
Los iraquíes parecen haber votado por el “Sí” a la Constitución respaldada por la fuerza ocupante angloamericana. De confirmarse la tendencia, los sunnitas no habrían podido vetar la Carta Magna.
Por Patrick Cockburn y Kim Sengupta *
Desde Bagdad y Basora
Los votantes iraquíes casi con certeza han aprobado una nueva Constitución que reduce la autoridad del gobierno central y otorga grandes poderes a la región kurdo-chiíta. Los primeros recuentos de votos del referéndum del sábado sugieren que la comunidad sunnita no consiguió juntar los votos necesarios para vetar la Constitución. Para lograrlo, los sunnitas necesitaban obtener dos tercios de los votos en tres provincias. Hubo un alto nivel de participación en las provincias dominadas por los sunnitas, pero sólo en dos de ellas –Anbar y Salahudin– los que se oponían a la Constitución parecen haber ganado.
En Mosul, en el norte iraquí, muchos sunnitas se abstuvieron o tenían mucho miedo como para ir a votar frente a las amenazas de los grupos de la resistencia. Una alta fuente gubernamental aseguró que 419 mil de los 643 mil votos de la provincia de Nineveh –el 75 por ciento– eran a favor de la Constitución. En Diyala, la cuarta provincia sunnita, la cantidad de votos por el “No” parecía que no sería suficiente para bloquear la Constitución. El nivel de participación total fue del 63 al 64 por ciento, según el jefe de la comisión electoral, más elevado que el 58 por ciento de la elección de enero por el incremento del voto sunnita.
El resultado del referéndum demuestra que el liderazgo sunnita está más fragmentado que nunca. En una reunión a principio de mes, acordaron oponerse a la Constitución a través de un boicot o votando por el “No”. Sin embargo, el partido Islámico Iraquí cambió de opinión después de que se hicieran concesiones que permitían que la Constitución fuera enmendada por la Asamblea Nacional el año próximo. Se unió a la campaña por el “Sí”. La división en tres partes de los sunnitas significa que no pueden acordar sobre una estrategia, mientras los kurdos y los chiítas consolidan su poder. Si hubieran organizado una campaña unidos, probablemente hubiesen podido ganar los votos necesarios en tres provincias para vetar la Constitución.
El voto chiíta iba perdiendo, aunque pocos votaron por el “no”. Según Safaa al Mousawi, jefe de la oficina de la comisión electoral en Karbala, unas 440 mil personas –el 60 por ciento– fueron a votar y apenas un poco menos del 95 por ciento lo hicieron a favor de la Constitución. Haitham al Husseini, un funcionario del mayoritario partido chiíta (el Consejo Superior para la Revolución Islámica en Irak), aseguró que había un 90 por ciento de voto por el “Sí” en Basora y Najaf. Sin embargo, la participación en el sur fue descripta como “moderada a baja”, con entre el 33 y el 66 por ciento, y las cifras en Qadissiyah apenas sobre el 30 por ciento. En las elecciones de enero, la convocatoria promedio fue del 80 por ciento en el sur.
En Basora, los chiítas expresaban su satisfacción sobre el posible resultado. Khalid Hussein, un estudiante de 22 años, contó: “Voté por el ‘Sí’, pero tengo dudas. No creo que los elementos religiosos deban tener mucha influencia sobre nuestras políticas, pero la Constitución no ayuda en esa cuestión. También debemos ser cuidadosos para asegurarnos que los sunnitas sigan siendo parte de nuestra sociedad; de otra forma, el terrorismo sólo empeorará”. Haidar Rahim Alwan, un carpintero, aseguró: “Si no les gusta a los sunnitas, eso es su problema. Nos han gobernado mal desde Bagdad y ahora es nuestro turno de formar gobierno”. Saad al Raadi, un sunnita, explicó: “Voté por el ‘No’, pero porque con la mayoría kurdo-chiíta no tuvimos ninguna posibilidad. Ahora debemos trabajar después de la elección (en diciembre) para intentar y lograr que las cuestiones injustas de la Constitución sean rechazadas”. Luego de un breve hiato, la guerra de guerrillas fue retomada ayer, forzando el número de militares de Estados Unidos muertos a casi 2 mil. Una bomba al costado de un camino en Ramadi, en el oeste de Bagdad, destruyó un vehículo de combate y mató a cinco soldados, llevando el total de muertos a 1975.
Irán acusó ayer a Gran Bretaña de haber participado en las dos explosiones en las que murieron cinco personas en la provincia de Khuzestan que bordea a Irak. El ministro del Interior, Mostafa Pourmohammadi, aseguró que él creía que las explosiones en el shopping en Ahvaz eran “una continuación de explosiones previas que eran guiadas desde el exterior. Con respecto a la presencia de fuerzas británicas a lo largo de las fronteras iraníes, hay algunas preocupaciones sobre el rol que tuvieron en las explosiones de Ahvaz”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.