EL MUNDO › EL POLITICO SE LANZA A LA CAMPAÑA CON UN PARTIDO PROPIO

Sharon ahora se viste de centro

El premier israelí dejó su partido onservador, Likud, y formó uno nuevo –que cuenta con 14 miembros parlamentarios del primero– porque, según él, seguir era “perder el tiempo”. Con la disolución del Parlamento se allanó el camino para los comicios del próximo 28 de marzo.

 Por Donald Mactintyre *
Desde Jerusalén

Ariel Sharon ayer hizo la mayor apuesta de su carrera política al irse del partido que había formado hace una generación y abandonarlo a los duros opositores a un Estado palestino que querían reemplazarlo. Sharon precipitó el cambio más sísmico en la política israelí desde que él fundara el Likud en 1973, al anunciar anoche que estaba lanzando un nuevo partido de centro Responsabilidad Nacional, para luchar en las elecciones del 28 de marzo. En una ruptura con su pasado como el que lleva el estandarte de la derecha política de Israel, la partida de Sharon del Likud resultó un duro golpe para la formación. Pero también puso sobre el tapete una serie de escenarios poselectorales impredecibles, incluyendo la una vez impensable posibilidad de una coalición entre él y el nuevo líder laborista Amir Peretz, que podría poner fin al conflicto con los palestinos.
Sharon confirmó que la negativa de los duros opositores de derecha del Likud a su retirada de Gaza, para aceptar sus nombramientos ministeriales el mes pasado, había sido el factor decisivo para formar un nuevo partido “liberal”. Mientras la Knesset (Parlamento) votaba por una gran mayoría su disolución y precipitaba una elección en marzo, Sharon declaraba: “El Likud, en su configuración presente, no puede conducir a la nación a sus objetivos”. Añadió que “quedarse en el Likud hubiera sido perder el tiempo con la política en lugar de trabajar por el bien de la nación. Prefiero el bien de la nación sobre el confort y la comodidad”.
Anoche, Sharon ya se había asegurado el apoyo de 14 miembros del Likud en la Knesset, un tercio de los miembros parlamentarios del partido para su nueva formación. La cifra es importante tanto financiera como psicológicamente, porque es el mínimo requerido para poder calificar para la financiación estatal como un nuevo partido genuino. Aunque los partidarios incluyen cuatro ministros, liderados por su cercano aliado, el ministro de Finanzas, Ehud Olmert, no incluyen a Shaul Mofaz, el ministro de Defensa que declaró ayer que se presentaría para el liderazgo del Likud en lugar de Sharon.
Mientras que el ex primer ministro y reciente ministro de Finanzas, Benjamin Netanyahu, es el favorito para reemplazar a Sharon como presidente de un Likud empequeñecido, tanto Mofaz como el ministro de Exterior, Sylvan Shalon, podrían ser alternativas. Ambos son judíos sefaradíes, que pueden atraer a los inmigrantes judíos trabajadores de los países musulmanes a los que el nuevo líder laborista nacido en Marruecos, Amir Peretz, está atrayendo. Son menos proclives a ser asociados con las políticas de recorte de beneficios de Netanyahu, que probablemente formen una parte clave de la campaña del líder laborista. Tzipi Livni, la ministra femenina que encabeza el departamento de Justicia, Avraham Hrishcon y Gideon Ezra fueron los otros ministros que se unieron a Sharon anoche. Mientras que los nuevos partidos separatistas tienen pobres antecedentes de éxito en la política israelí, como el fracasado partido Rafi de David Ben Gurion en 1965, los estrategas señalan que Sharon fue el primero en Israel, y posiblemente en cualquier otro lado, que liderara uno como primer ministro, en control de la agenda del gobierno hasta las elecciones, y con un alto porcentaje de aprobación personal de entre 60 y 65 por ciento.
Un estratega dijo que la formación del partido era un paso lógico que tenía en cuenta la opinión pública israelí que, a diferencia de los atormentadores de derecha de Sharon, básicamente apoyaron la retirada de los colonos y las tropas de Gaza en agosto. “La opinión de los israelíes ha cambiado de la misma forma en que lo hizo la de Ariel Sharon, y este partido estará a tono con esa opinión.” Entre las figuras fuera de la corriente de los partidos políticos en las que se ha pensado para que se unan al nuevo partido, se cuentan Avi Dichter, el ex jefe de Shin Bet, la agencia interna de inteligencia israelí y el profesor Avi Braverman, el presidente de la Universidad Ben Gurion de Negev. A pesar de anteriores especulaciones de Shimon Peres, el veterano líder laborista reemplazado por Peretz, no se unirá al nuevo partido de Sharon y éste indicó en su conferencia de prensa anoche que su ex vice en la coalición estaría dejando la política.
La decisión, como el éxito de Peretz al ganar el liderazgo laborista hace poco más de una semana, cambió los platillos tectónicos de la política israelí y dejó la cuestión, casi imposible de predecir, de quién surgirá como el líder del mayor partido único después de las elecciones. Sharon insistió anoche en que no estaba planeando más desconexiones unilaterales de Cisjordania y se atenía a lo acordado internacionalmente por la Hoja de Ruta, que él siempre insistió sólo puede ser activada si el liderazgo palestino inhabilita las facciones militantes.
Pero el analista político Yaron Ezrahi dijo ayer que él creía que a Sharon le iría bien en las elecciones y que su éxito bien puede presagiar un retorno al proceso de paz. Diciendo que Sharon recientemente (“y sólo recientemente”) se mostró a sí mismo como un estadista del calibre de Ben Gurion y Yitzhak Rabin, el profesor Ezrahi añadió: “Los israelíes no han visto a menudo líderes políticos capaces y deseosos de tomar grandes riesgos políticos para seguir políticas que son consideradas de vital interés para Israel”.
“La era del unilateralismo terminó porque Sharon no estará liderando un partido de 20 miembros de la Knesset”, dijo. Las encuestas actuales muestran a Sharon y Peretz ambos ganando alrededor de 20 bancas. Pero Ahmed Abbas, el presidente palestino, dijo: “Cuanto mejor le vaya a Sharon en las elecciones, más probable será que veamos movidas unilaterales, y cuando más haga Peretz podremos ver alguna forma de negociación”. Sin embargo, advirtió que ésta podría todavía conducir a “una solución interina con fronteras provisionales” que no llenaría las aspiraciones palestinas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

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“Cuanto mejor le vaya a Sharon en las elecciones, más probable será que veamos movidas unilaterales.”
 
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