“Los países occidentales saben que no son capaces de infligir ni el más leve golpe a la nación iraní, porque necesitan a la nación iraní. Ellos sufrirán más y son vulnerables”, afirmó ayer el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, en referencia a la decisión de la Agencia Internacional de Energía Nuclear (OIEA) de denunciar a Teherán al Consejo de Seguridad de la ONU, que podría aplicar sanciones, por no congelar su polémico programa nuclear. El propósito de esta medida es forzar a Irán a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio, que puede usarse tanto para generar energía con fines civiles como para fabricar bombas nucleares, opción resaltada por Estados Unidos. Las declaraciones de la administración Bush sobre su enemigo número uno del momento llegaron de la mano de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que dijo que Irán es “el principal desafío” de su país y si tuviera armas nucleares representaría “una amenaza cien veces mayor” para los intereses norteamericanos.

“Seguimos el lema de nuestro querido imán Hussein y decimos ‘Hey Hat Mena Zelah’ (‘Estaré condenado si me someto a la humillación’)”, dijo ayer Ahmadinejad, asegurando que seguirán el camino de la resistencia y “no darán marcha atrás” con su proyecto. “Algunas potencias creen que pueden forzar al pueblo iraní a dar marcha atrás. Pero toda la nación iraní, jóvenes o ancianos, residentes en ciudades o poblados y campesinos u obreros, dicen: ‘La energía nuclear es un derecho innegable’”, aseguró el líder ultraconservador, demostrando que el conflicto está lejos de resolverse. “La época de la intimidación ha terminado y ha llegado el momento para el poder del pueblo”, agregó. Asimismo, el mandatario iraní acusó a los “enemigos” de intentar presionar a Irán a través de “mantener contactos con elementos en el interior del país”, en alusión aparentemente a políticos liberales iraníes. “Tenemos información sobre esos contactos, y les decimos que fracasarán”, afirmó. A su turno, el ayatola Alí Jamenei, máximo líder espiritual del país, subrayó: “Como el acero, resistiremos a cualquier presión y complot”.

En este contexto, Condoleezza Rice dijo que para su país no hay otra nación más peligrosa que Irán. En una intervención ante el Congreso, la secretaria de Estado norteamericana insistió en que ese país alimenta el terrorismo “en el sur de Irak y en Palestina” y sostuvo que “el gobierno de Teherán debe reconocer que quedará aislado si continúa por este camino”. Irán es “un país determinado a realizar un arma nuclear, en abierto desafío a la comunidad internacional”, completó la funcionaria estadounidense. En el Parlamento iraní también se vieron muestras de la escalada verbal. La agencia de noticias ISNA informó que los diputados del Congreso cantaron ayer a coro “muerte a Estados Unidos”, revelando una vez más la alta tensión que caracteriza al conflicto.