Miércoles, 19 de abril de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EL DIA DESPUES DEL MORTAL ATENTADO EN TEL AVIV
Desde Tel Aviv *
“El gobierno palestino de Hamas es el responsable del atentado terrorista”, es el principal mensaje del gabinete restringido de seguridad israelí que se reunió ayer de urgencia en Jerusalén, tras la acción suicida que provocó 9 muertos en Tel Aviv. Israel, al margen de elevar el estado de alerta y ordenar un despliegue masivo de agentes y de puestos de control, se limitó a tomar medidas políticas contra los diputados de Hamas en Jerusalén. Las operaciones militares se centrarán básicamente en la Jihad Islámica, autor del atentado, el séptimo que comete en los últimos catorce meses.
Ehud Olmert, en su primer gran examen desde que ocupa la jefatura en funciones del gobierno, desestimó la petición de la cúpula militar de declarar a la Autoridad Palestina (AP) como “entidad terrorista y Estado enemigo”. El jefe del Estado Mayor del Ejército, Dan Jalutz, sugirió una operación inmediata contra instalaciones y dirigentes de la AP, incluyendo representantes electos de Hamas, mientras que la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, defendió una postura más moderada y que “sea más inteligente y entendible por la comunidad internacional”. Olmert se decantó por esta opción de contención, descartó una operación terrestre a gran escala y accedió a la idea de Livni de revocar el permiso de residencia a los diputados de Hamas que viven en Jerusalén Este. Un proceso que no sería inmediato, ya que los tres diputados, entre ellos el conocido jeque Mohamed Abu Ter, tendrían antes la oportunidad de dimitir de la organización integrista y de sus escaños. De lo contrario, como se prevé, su destierro sería inminente. Abu Ter no escondió su ira por esta decisión que calificó de “arrogante” y se refirió al atentado suicida en Tel Aviv: “No es culpa de los palestinos. Israel y la ocupación son los responsables únicos. Antes de esta acción, las tropas israelíes mataron a 18 palestinos en tres días”.
En el seno del Ejecutivo israelí se considera la justificación del atentado por parte de Hamas como “una prueba más de que el gobierno palestino no sólo no condena el terror sino que lo promueve”. En el comunicado difundido ayer, Olmert no descarta atacar en un futuro a los miembros de Hamas. “No hay diferencias entre grupos terroristas. El que esté involucrado en atentados terroristas será detenido o abatido.” Raanan Guissin, un portavoz del Ejecutivo, no descartó como interlocutor al presidente palestino, Mahmud Abbas, pero le lanzó un mensaje: “Pese a que el gobierno está en manos de Hamas, aún tiene autoridad para combatir el terrorismo”.
Respecto de las medidas militares, no hubo palabras pero sí empieza a haber hechos. Ayer, las tropas israelíes detuvieron a 38 activistas de diferentes facciones palestinas, incluyendo al padre y hermano de Sami Salim Mohamed, el joven terrorista que se inmoló en Tel Aviv. Se han multiplicado los puestos de control, aislando prácticamente el norte de Cisjordania y 500 soldados se han unido al dispositivo militar en una operación que tiene como objetivo la infraestructura de Jihad y de las milicias de Al Fatah en la zona de Yenin y Tulkarem. Los oficiales israelíes han diseñado un plan que evite prácticamente el paso de palestinos de estas dos ciudades a otras zonas de Cisjordania. Asimismo, añadieron que se acelerará la construcción del Muro en torno de Jerusalén y continuarán con los asesinatos selectivos contra activistas y dirigentes políticos de la Jihad en la franja de Gaza.
En la arena palestina, el atentado de Tel Aviv reflejó el cisma entre las dos cabezas del poder, Abbas y el gobierno Hamas. Ayer, el número dos de esta organización, Musa Abu Marzuk, criticó desde Damasco al presidente palestino por su condena de la acción suicida.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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