El clima electoral se ha cargado de tensión, incertidumbre por los resultados, violencia, rumores de un levantamiento armado y una guerra de insultos y descalificaciones mutuas entre los dos candidatos que este domingo se disputarán la presidencia de Perú por los próximos cinco años. El ex presidente Alan García (1985-90) calificó a su rival, el ex comandante Ollanta Humala, de “paranoico”, “desesperado”, “belicoso” y “agresivo” y lo acusó de recibir financiamiento del mandatario venezolano Hugo Chávez –lo que, dijo, sería “un acto de traición a la patria”– y de preparar actos de violencia si pierde las elecciones. Humala le respondió llamándolo “sinvergüenza”, “demagogo” y “populista” y reiteró sus acusaciones de la existencia de “un pacto de impunidad” de García con el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) –actualmente en Chile, a la espera de que se resuelva un pedido de extradición– y con el encarcelado Vladimiro Montesinos, ex jefe de Inteligencia del régimen fujimorista.

Pero de la agresión verbal se volvió a pasar a la violencia física: ayer Humala fue atacado a pedradas durante una gira por el norte del país, y en Canta, un pequeño pueblo al este de Lima, hubo un herido en un nuevo enfrentamiento entre humalistas y apristas. El presidente Alejandro Toledo le echó gasolina al fuego de la tensión política al asegurar que se preparaban protestas violentas para el día de las elecciones. Sin mostrar evidencias de su denuncia, Toledo aseguró que se preparaba “un alboroto pagado”. No lo mencionó por su nombre, pero a todos les quedó claro que aludía a Humala. García se colgó de las palabras de Toledo para golpear a su contendiente, acusándolo de pretender desconocer los resultados electorales llamando a un levantamiento violento si perdía las elecciones. Hace unos días, Humala denunció la posibilidad de un fraude electoral, pero ha asegurado que aceptará los resultados aunque le sean adversos. Lo dicho por Toledo desató todo tipo de rumores. Algunos medios de comunicación hablaron de “infiltrados venezolanos y cubanos” que, financiados por Hugo Chávez, buscarían entrar con armas a Perú por la frontera con Bolivia para desatar actos de violencia si Humala perdía.

A pesar de lo inverosímil que suena el rumor, el ministro de Defensa, el general retirado Marciano Rengifo, no descartó esa posibilidad y aseguró que los servicios de Inteligencia trabajaban para “verificar” esa información. Toledo se reunió ayer con el Consejo de Defensa Nacional y el gobierno ordenó que las Fuerzas Armadas (FF.AA.) sean puestas en estado de “alerta máxima”. El general Rengifo reveló que más de 47 mil miembros de las FF.AA. y seis mil policías serán movilizados para cuidar los centros de votación este domingo. Si García busca ganar puntos decisivos identificando a Humala con Chávez y con un supuesto proyecto antidemocrático, Humala espera ganar apoyo relacionando a García con Fujimori y Montesinos y recordando el pasado del mal gobierno de García.

La elección podría ganarla el candidato que logre meterle más miedo a la población sobre lo que podría significar un gobierno de su oponente. Para esa tarea, García tiene la ventaja de contar con el apoyo casi unánime de los medios de comunicación.