Martes, 30 de mayo de 2006 | Hoy
EL PAíS › DEBATE
Convocados por el mendocino Julio Cobos, los cinco gobernadores radicales más algunos intendentes y legisladores se reunirán hoy en el Hotel Savoy para discutir la relación con el Gobierno. El titular de la UCR, Roberto Iglesias, explica aquí por qué se opone a cualquier concertación, mientras que el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se asume kirchnerista.
Por Eduardo Tagliaferro
ROBERTO IGLESIAS, TITULAR DE LA UCR
“Cobos se va a ir con Kirchner. Está trabajando en ese sentido”, dice el titular de la UCR, Roberto Iglesias, al analizar la cercanía que el gobernador mendocino mantiene con la Rosada. Convencido de que el radicalismo tiene que presentarse como partido opositor, Iglesias descarta de plano que el Gobierno impulse una construcción plural. “A Kirchner le molesta todo aquel que no piensa como él”, dice para dejar en claro los motivos que lo llevan a no tener muchas expectativas al respecto.
–¿Qué opinión le merecen los dichos de Néstor Kirchner sobre la necesidad de construir un país “más plural”?
–El acto en la Plaza de Mayo no agregó nada. El Presidente dice cosas que no se condicen con la realidad. Se vive peleando con todo el mundo, tiene diálogo con poca gente, no tolera opiniones distintas a las suyas. Las coincidencias que busca son muy extrañas. Kirchner realiza la concertación en una oficina de la Rosada. En el despacho de Alberto Fernández se arreglan las condiciones y luego, si hace falta, se pasa al despacho del Presidente. A esta práctica Kirchner le quiere poner un nombre amplio y grandilocuente, por eso habla de pluralidad.
–¿Quiere decir que Kirchner elige polarizar?
–Para polarizar tendrían que existir dos polos. A Kirchner le molesta todo aquel que no piensa como él o que lo critica. Me parece que es una patología personal. Va con su forma de ser, no lo puede evitar.
–¿Tampoco le encuentra sentido a la idea de una concertación que están proponiendo algunos correligionarios suyos?
–La concertación a la chilena es algo que no tiene nada que ver con la Argentina de hoy. En Chile, la concertación se estructuró a través de una coalición de partidos, nació para luchar contra una dictadura. Sea lo que sea lo que pensamos del Presidente, ninguno de nosotros lo considera un monstruo. Kirchner lo único que puede hacer es captar dirigentes en ámbitos cerrados y al resguardo de la mirada pública.
–Para que alguien coopte, tiene que existir quien se deja cooptar.
–Estas prácticas son posibles por la poca fortaleza de los partidos políticos. Nadie podría convencer a dirigentes de otros partidos si éstos estuvieran consolidados. Incluso el propio justicialismo, a pesar de ser gobierno, no existe como partido. Nadie sabe cuál es la estructura política que acompaña al Presidente.
–¿Cómo repercute en su partido la participación de varios intendentes radicales en las movidas del kirchnerismo?
–Gustavo Posse, al igual que Elios Eseverri y otros intendentes más, están idos del radicalismo. Estos dirigentes no representan ningún problema para el radicalismo. Kirchner aprovecha las dificultades de los partidos políticos. De todas maneras, los radicales tenemos que poner en claro algunas pautas. Es necesario reclamar a los dirigentes una actitud ética, una actitud digna. Si alguno está más convencido de las propuestas del Presidente, que se vaya. En la UCR no retenemos a nadie.
–¿Cómo define el actual momento político que vive la UCR?
–Estamos atravesando un momento difícil. Me parece que tenemos que ser claros. Nuestro partido es un partido de oposición, no hay que confundir a la sociedad. En este momento estamos buscando coincidencias, estamos hablando con la mayoría de los dirigentes, priorizamos los puntos comunes.
–¿Puntos comunes para tener una fórmula electoral en el 2007?
–Nosotros estamos dialogando con todas las fuerzas progresistas de centroizquierda que sostienen los mismos postulados que el radicalismo. Hablamos con peronistas, con la gente del ARI, del socialismo, con radicales que ya no están.
–¿Lo dice por Ricardo López Murphy?
–Me parece que él tomó otro camino, aunque no me niego a hablar.
–¿Y Elisa Carrió?
–No hay ningún camino cerrado. Me parece bien que ella considere que tiene condiciones para ser candidata a presidente. Estamos en otro camino, aunque es inoportuno hacer nombres. Lo mismo le digo de Roberto Lavagna, hay muchas especulaciones periodísticas en torno de eso.
–¿El gobernador Julio Cobos es uno de los transversales radicales?
–Con Cobos no tenemos relación política. El diálogo es nulo. El tomó un camino y yo otro. Cobos se va a ir con Kirchner, está trabajando para eso.
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GUSTAVO POSSE, INTENDENTE DE SAN ISIDRO
Resalta que no le debe su cargo al radicalismo, del que, a cambio, reivindica sus valores. En diálogo con este diario, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, no duda en asumirse como kirchnerista. Dice que el radicalismo no tiene que sumarse a una alianza opositora y que la concertación convocada por el Presidente es con aquellos que tienen responsabilidad institucional.
–¿Se puede decir que dejó de ser radical?
–Hace nueve años que hemos armado la fuerza Acción Vecinal San Isidro. En ella participan gente del radicalismo local, socialistas, liberales, independientes y muchos representantes de organizaciones no gubernamentales. Mi antigua afiliación fue radical, mis valores son radicales.
–¿Por qué está con el presidente Kirchner?
–Con Kirchner se abre la posibilidad de una nueva etapa. Poder dejar atrás una etapa muy difícil como la que nos tocó vivir en el 2001. Hay tendencias positivas en este gobierno.
–¿Qué cosas destaca del gobierno de Kirchner?
–Le doy un ejemplo, un hecho que no está en las estadísticas macroeconómicas pero que habla por sí solo. Hoy (por ayer) a la mañana, fui a una reunión con empresarios de líneas de transportes comunales e intercomunales. El municipio siempre está pendiente de las condiciones en las que se presta el servicio, la frecuencia de los colectivos, la higiene y otras cuestiones similares, no se olvide de que son los más humildes los que utilizan estos servicios, que a su vez tienen subsidios del gobierno nacional. Me sorprendió que los transportistas que hace tres años querían clausurar algunas rutas, que querían dar de baja recorridos, ahora están comprando unidades más grandes que las que tenían. Cuando les pregunto por el motivo, me dicen que ahora se pierden viajes, ya que es mucha la gente que tiene trabajo y que se traslada hacia sus empleos.
–¿Qué es lo que destaca del ejemplo?
–El ejemplo no está en las estadísticas y son los signos que entusiasman y que pueden llevarnos a pensar que hay un quiebre, un cambio importante en el ciclo económico. La reactivación que tanto se esperaba y que siempre se dijo que demoraría mucho más en llegar al conurbano bonaerense, se puede percibir en este ejemplo. No se trata ya de un veranito o de una mejora impulsada por un sector determinado, como en algún momento motorizó el campo. Acá hay un cambio de ciclo histórico, un cambio más profundo, más largo.
–Algunos radicales cercanos al Gobierno señalan que Kirchner está cumpliendo con las promesas que la Alianza dijo y no impulsó. ¿Está de acuerdo?
–Me parece que la Alianza es algo del pasado. Sacar leña de esa experiencia es algo ya agotado. Todos los partidos llevan mochilas muy pesadas. Por ejemplo, el Partido Justicialista lleva la de Carlos Menem, que con su política aperturista y privatista fue el continuador de las políticas de José Alfredo Martínez de Hoz durante la dictadura. Yo nunca fui candidato de la Alianza.
–¿Se incluye en la convocatoria que Kirchner hizo el 25 de Mayo cuando habló del pluralismo como el signo que tendría que tener el próximo gobierno?
–Con Kirchner y con el gobernador mendocino Julio Cobos hemos hablado mucho de impulsar una concertación, no de cúpulas de partidos sino de aquellos que tenemos responsabilidades de gobierno, tanto en las intendencias como en las provincias. Ese es el denominador común, ese gesto que tiene Kirchner en el que intenta abrazar a todos los argentinas, al margen de su origen partidario o político. La sociedad esperaba estas actitudes.
–¿Qué espera del radicalismo?
–El radicalismo tiene un problema muy serio como partido. Tiene prestigiosas representatividades con base social, como lo son varios intendentes y gobernadores. El tema es que eso no se condice con su dirigencia nacional. El radicalismo no tiene que prestarse a una alianza opositora o a sumar fuerzas de cualquier manera. Si los valores radicales en esta etapa se expresan con Kirchner, hay que apoyarlo. Yo trabajo por la positiva. Me entusiasman los años que vienen.
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