Un avión que se dirigía a Turquía con un centenar de pasajeros a bordo fue secuestrado ayer por un hombre turco que quería entregar un mensaje al papa Benedicto XVI. El aparato fue obligado a aterrizar en el sur de Italia, donde el hombre terminó por entregarse y pedir asilo. En un principio se había informado que los secuestradores eran dos, ya que el hombre hizo creer que tenía un cómplice en la parte trasera del avión. Todos los pasajeros resultaron ilesos.

El avión de Turkish Airlines había despegado de Tirana, Albania, con destino Estambul, Turquía, y fue secuestrado cuando sobrevolaba Grecia. La nave llevaba a bordo 107 pasajeros y seis tripulantes, y fue interceptada por cazas griegos y luego por cazas F16 italianos, que la obligaron a aterrizar en Brindisi. Según los pasajeros, el secuestrador, que no estaba armado, se encerró en la cabina del piloto y pidió entregar un mensaje al papa Benedicto XVI, quien viajará a Turquía del 28 al 30 de noviembre.

Las autoridades turcas afirmaron que identificaron al secuestrador como Hakan Ekinci, de 30 años. Según la cadena turca NTV, el hombre se convirtió al cristianismo en 1998 y es un objetor de conciencia que buscaba el apoyo del Papa. Las primeras informaciones habían indicado sin embargo que el secuestro era en protesta a las declaraciones de Benedicto XVI, en las que relacionó hace unas semanas el Islam con la violencia.