El misterioso robo de más de 350 armas en la madrugada de ayer en la localidad francesa de Vauvert por parte de un supuesto comando de ETA, apenas 36 horas antes de que comience en el Parlamento Europeo el debate en torno de la moción de apoyo al proceso de paz español por parte de la institución más influyente de la Unión Europea, despierta un mar de dudas y sospechas en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

De confirmarse la autoría del hecho por parte del grupo armado vasco, algo que la policía francesa comenzó a sospechar cuando encontró en el sitio un par de esposas robadas por la banda en marzo de este año, antes de que comenzara la tregua, nos encontraríamos sin duda alguna ante el peor golpe a las negociaciones desde su inicio.

El Partido Popular en la oposición se apresuró a señalar el robo como una declaración política etarra que deja al gobierno de Zapatero en una precaria situación frente al Parlamento de Estrasburgo. El PP piensa que ETA está enviando un mensaje al gobierno para indicarle que si el proceso fracasa, la lucha continuará, lo que confirma la hipótesis de la derecha de que la organización armada vasca no tiene reales intenciones de dejar las armas.

Los socialistas prefirieron el silencio y mantenían, hasta el cierre de esta edición, su intención de someter el proceso a votación durante la jornada de hoy, ya que las pruebas que aporta la policía francesa son por ahora demasiado vagas para tenerlas en cuenta. ETA no roba armas con esta metodología desde los años ochenta y el hecho de que los atracadores hablaran en español tampoco sirve para confirmar una hipótesis de carácter tan grave por las implicancias que tiene a nivel político.

Ayer también se supo que la Audiencia Nacional confirmó el procesamiento por integración en un grupo terrorista de Arnaldo Otegi y otros 37 dirigentes de la cúpula de Herri Batasuna, el partido político que actuó como brazo civil de ETA hasta que fue ilegalizado por una ley votada cuando gobernaba José María Aznar.

El hecho de que la Justicia haya decidido continuar con el acorralamiento penal en torno de la izquierda social que rodea a la organización armada vasca confirma también la ductilidad de los jueces españoles a la hora de adaptarse a las circunstancias políticas del proceso. Con la decisión de ayer, la Audiencia le brinda a Zapatero en bandeja un elemento de vital importancia para que pueda llevar a cabo su estrategia negociadora. El primer ministro español cree que el único eslabón débil en la cadena etarra es el entorno de Herri Batasuna y su necesidad de participar legalmente en las próximas elecciones municipales de principios de 2007, por lo que hace especial énfasis en las consecuencias que puede tener para HB una eventual marcha atrás en el proceso. Es por esa razón que el gobierno juega sus cartas a través de la Fiscalía aumentando o relajando la presión legal en torno del brazo político de ETA. En esa clave se puede leer la decisión del juez Baltasar Garzón tomada el pasado viernes de rebajarle de 650 mil a 50 mil euros la fianza a Arnaldo Otegi en este mismo proceso, alegando que no había riesgo de fuga en las actuales circunstancias. No es la primera vez que Otegi se somete a la Justicia. Involucrado con el brazo armado de HB en los ’70 y ’80, fue acusado de terrorismo pero salió sobreseído. Tras su ingreso a la política en los ’90 los problemas judiciales continuaron. En mayo del 2005, en pleno proceso de diálogo, fue detenido y acusado de pertenecer a una banda armada. Salió a los pocos días bajo fianza. Después fue condenado por injuriar al rey Juan Carlos y este año volvió a la cárcel tras ser acusado de 108 actos violentos. También salió bajo fianza.

Mientras tanto, los populares tratarán por todos los medios hoy de que el Parlamento Europeo no le dé un espaldarazo político al PSOE y utilizarán el presunto robo de armas ocurrido en Francia para demostrar que el proceso está más verde de lo que sostienen los socialistas. Aunque es difícil que la policía francesa pueda llegar a confirmar la autoría del atraco y, aun en el caso de que lo hiciera, haría falta un comunicado ad hoc de la banda para que el frágil entramado en torno del proceso de paz se derrumbe como un castillo de naipes.