Los vecinos de Gualeguaychú postergaron hasta el domingo la votación de un nuevo corte de ruta. Para dotar del mayor consenso posible a las futuras medidas de protesta, están organizando para el fin de semana una asamblea al aire libre, en el Parque Unzué, donde esperan dar masividad a la toma de cualquier decisión. Anoche, en el teatro local, los asambleístas volvieron a sesionar y, como ya se había visto la semana pasada, lo hicieron a sala llena. Pero las quinientas o seiscientas personas que se reúnen en el teatro no son las miles necesarias para sostener un bloqueo de larga duración. “Si pensamos en un corte ininterrumpido, de dos o tres meses, tenemos que tener un grado de acuerdo interno muy alto”, definió Marta Gorosterrazú, secretaria de la organización.

Por eso, anoche la asamblea sólo aprobó medidas menores. Por ejemplo, que una delegación viaje a Buenos Aires el jueves próximo para volver a escrachar las embajadas de Uruguay y Finlandia. Por primera vez harán además un repudio frente a las oficinas porteñas del Banco Mundial. El tramo final de la reunión estuvo dedicado a redactar una carta abierta destinada al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, que se publicará el 3 de noviembre, en coincidencia con la Cumbre Iberoamericana de Montevideo. En Gualeguaychú se discuten, básicamente, tres propuestas. La primera es el bloqueo del puente San Martín por todo el verano, desde el 28 de diciembre al 15 de febrero. La planteó Alfredo De Angelis, presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos. “Hay que poner en conocimiento al gobierno uruguayo de que estamos dispuestos a agudizar la lucha hasta que Botnia se retire de Fray Bentos”, dijo a Página/12. Escéptico ante la posibilidad de que la empresa dé marcha atrás en la construcción sin mediar una presión mucho más fuerte que la que ejercieron hasta ahora, De Angelis impulsa acciones que fuercen a la administración de Tabaré Vázquez a reabrir las negociaciones con la Argentina.

La segunda moción propone hacer piquetes sorpresivos: “entrar o salir” de la medida de fuerza “cuando nos parezca”, según lo definió Oscar Vargas, impulsor de idea. Vargas consideró que el corte por tiempo indeterminado “es muy desgastante, porque junto con la ida a la ruta cada cual tiene que sostener su trabajo; el corte implica un desgaste físico, un desgaste familiar. Y pasado un tiempo, los que usan el puente para cruzar la frontera van encontrando otros caminos alternativos por los que viajar. La ruta cortada se convierte en una vía muerta. Lo vimos con Botnia, que terminó mandando los materiales de construcción en barco y nos dejó gritando”.

A diferencia de De Angelis, que propone el bloqueo como una medida de presión sobre Tabaré Vázquez, Vargas habla de los piquetes sorpresivos como algo más dirigido al gobierno argentino. La asamblea quiere que el Estado implemente los doce puntos de un petitorio elaborado hace cuatro meses atrás, en el que se piden medidas para impedir que Botnia reciba insumos desde la Argentina, por ejemplo mediante la aplicación de multas a las empresas que le vendan materiales de construcción y un mayor control de los camiones en la frontera. También piden la sanción de una ley que prohíba exportar rollizos destinados a la producción de pasta de celulosa. La tercera postura pone en análisis propuestas para reemplazar los piquetes por otro tipo de acciones, la mayoría más blandas, como la realización de caravanas o más escraches como los de este jueves. Pero en el paquete también aparecen propuestas duras, como la de un bloqueo náutico a Botnia.

Por su parte, la asamblea de Colón analiza la idea de hacer una marcha a la Plaza de Mayo. Según contó Carlos Serratti, la propuesta es “hacer una manifestación conjunta con Gualeguaychú y los residentes entrerrianos en Buenos Aires”. La manifestación se realizaría a mediados o fines de noviembre.