El Gobierno salió ayer a respaldar a la CGT de Hugo Moyano. No lo hizo con palabras ni medidas rimbombantes, sino abriéndole las puertas de la Casa Rosada para un breve encuentro con el ministro del Interior, Aníbal Fernández. En el lenguaje del poder, esa foto se transformó en un gesto de apoyo inequívoco al líder sindical luego de la batalla campal ocurrida en San Vicente durante el traslado de los restos de Perón.

Moyano llegó a la Casa de Gobierno acompañado por Omar Viviani. Se trata del líder del sindicato de Peones de Taxi, quien cobró notoriedad en las últimas semanas, ya que viajó en el jeep que remolcó la cureña con los restos de Perón. La reunión con Fernández se produjo entre las 19.25 a las 19.50.

¿Qué fue a buscar la dupla sindical al despacho del ministro del Interior? Desde la cartera política dijeron que se trató de un encuentro para “darle continuidad” a otros desarrollados antes de los episodios de San Vicente. La respuesta hizo recordar los intentos de la Rosada por minimizar las cumbres entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde circunscribiéndolas a la temática del Mercosur.

El único detalle oficial que se brindó fue que el camionero tomó un mate cocido y Viviani, un vaso de agua. En cambio, desde la CGT se informó que Moyano le acercó a Fernández documentación fílmica registrada por las 62 Organizaciones sobre la batalla ocurrida el 17 de octubre.

Fue esa pelea entre camioneros y albañiles lo que deterioró la autoridad de Moyano. Por eso ahora el titular de la CGT salió en búsqueda de respaldo político. Los gremialistas afines se lo dieron el lunes a través de una solicitada y otros no tan cercanos no dudaron en bancarlo con declaraciones públicas.

El Gobierno hizo saber que no desestabilizaría a Moyano, aunque avisándole que deberá modificar sus actitudes “patoteriles”. El camionero sabe que la detención del chofer de su gremio y autor de la balacera en San Vicente, Emilio “Madonna” Quiroz, tendrá un costo político importante.

De todo el Ejecutivo, Fernández fue el único que habló públicamente del líder de la CGT cuando, días atrás, aseguró que nadie le cerraría las puertas de la Rosada. El ministro confirmó ayer que no fue una declaración al paso.

–Si sale Moyano, ¿quién va de titular de la CGT? ¿Barrionuevo? ¿Los gordos? Por favor, dejemos las cosas como están –justificó días atrás un funcionario, que pidió reserva de su nombre, la paciencia oficial con el líder camionero. Aludió así al conflictivo dirigente gastronómico y al sector desplazado de la conducción de la CGT, que reclaman un paso al costado de Moyano.

El camionero había suspendido la reunión de consejo directivo prevista para ayer con la intención de calmar las aguas en el frente interno. Encontró una buena excusa en el viaje que muchos dirigentes emprenderán a Viena para participar de una cumbre internacional. Prefirió ver a Fernández, con quien coincide en que en San Vicente hubo un “complot” contra Kirchner.