El Parlamento europeo apoyó ayer en una apretada y caótica votación el proceso de paz abierto en España entre el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y el grupo independentista vasco ETA. Por un estrecho margen de 321 votos a favor y 311 en contra, la propuesta del Partido Socialista europeo salió adelante gracias al apoyo de liberales y ecologistas y con la oposición del grupo Popular Europeo, que arropó a sus pares conservadores en la oposición española.

La sesión se inició a las 9.00, hora de Estrasburgo, y fue teñida por el caos cuando los populares europeos presentaron una propuesta de resolución fraguada por el PP español en la que se sostenía que las condiciones no estaban maduras para que el gobierno de Zapatero comenzara las conversaciones con la banda armada.

Muchos eurodiputados se confundieron y por unos momentos no comprendieron muy bien qué se estaba votando. Finalmente, la propuesta del PP fue rechazada y se dio lugar a la presentación de la moción socialista, que fue la que obtuvo el visto bueno, luego de un debate precedido por el llamamiento inútil de la Comisión Europea para que no se produjera una votación dividida.

Durante la noche del martes las esperanzas de alcanzar una moción de consenso se perdieron cuando la policía francesa indicó a ETA como principal sospechosa en el robo de más de 350 armas de una empresa ubicada en una localidad vecina a la ciudad de Nimes. El PP español aprovechó el dato para terminar de convencer a sus pares de bancada de que la situación no está tan clara como sostiene el PSOE, ya que ETA no ha dado señales claras de que está dispuesta a acabar definitivamente con la violencia.

El vicepresidente de la Comisión Europea, el italiano Franco Frattini, fue el principal impulsor de una moción unificada y los socialistas intentaron a último momento que su discurso en la cámara sirviera de base a un texto conjunto, posibilidad que se abortó cuando liberales y ecologistas optaron por adoptar el texto socialista a secas, cortando de plano cualquier posibilidad de consenso.

La Unión Europea estaba especialmente preocupada por que se hiciera pública su división en un tema tan sensible como éste, que trasciende las fronteras españolas. Con el apoyo obtenido por el Parlamento de Estrasburgo el gobierno de Zapatero obtiene un poco de oxígeno para intentar destrabar un proceso que se encuentra en vía muerta desde el final del verano en el continente.

Mientras tanto, no existe todavía confirmación de la policía francesa de que el robo de armas haya sido ejecutado por ETA, aunque ayer se encontraron los vehículos utilizados por el comando en la operación. Ante semejante panorama, Rodríguez Zapatero no tuvo otra opción, ayer por la tarde, que salir al ruedo, afirmando que, de confirmarse la autoría de ETA, el atraco ocurrido en Francia podría tener serias consecuencias en el proceso.

El primer ministro español se mostró cauteloso hasta que las investigaciones no concluyan en Francia y mantuvo su tradicional optimismo respecto de la posibilidad de alcanzar el fin de la violencia en el País Vasco, un objetivo político al que cada día más Zapatero vincula su futuro. Aunque nadie lo diga todavía a viva voz, en Madrid está cada vez más claro que la posibilidad de que el líder socialista sea reelegido en 2008 depende de la andadura de las negociaciones emprendidas con los etarras.

La posibilidad de que exista un sector de ETA que esté fuera de control es otra de las hipótesis que ha cobrado fuerza estos días a la luz de los acontecimientos ocurridos en Francia. Si esto fuera así, la responsabilidad de Zapatero en un eventual naufragio de las negociaciones quedaría diluida, aunque el líder socialista terminara pagando seguramente un precio político por su ingenuidad, una característica suya que el PP ha remarcado sobre su gestión desde que la misma comenzara en marzo de 2004.