Al menos tres de las entidades de la producción rural –falta conocer la posición de Federación Agraria– y la principal representante de los frigoríficos exportadores acordarían con el Gobierno mantener hasta fin de 2007 los precios de doce cortes populares de carne, en el marco del plan gradual de liberación de las exportaciones. El Ministerio de Economía apuraría los cambios al régimen de comercialización para privilegiar el uso de los cortes de los cuartos traseros para la exportación y los cuartos delanteros para el consumo. “Así, se alcanzaría un equilibrio en la rentabilidad de los productores y la industria sin necesidad de mover los precios de referencia para el mercado interno”, explicó una fuente oficial a este diario. Según cálculos de la cartera económica, el 70 por ciento de las exportaciones ya han quedado liberadas, “pero en valores que alcanzan al 90 por ciento”.

Los representantes de la Sociedad Rural llegaron ayer al despacho de Felisa Miceli con una carpeta similar a la que, 24 horas antes, había presentado Coninagro ante la ministra. De hecho, su contenido había sido consensuado previamente entre ambas entidades, Confederaciones Rurales Argentinas (será recibida hoy en Economía) y el Consorcio ABC de exportadores de carne. Entre ellas, las referidas al sector cárneo.

Miceli, junto a los funcionarios que la acompañaban, subrayó que si bien el volumen de exportaciones de este año, estimado en 550 mil toneladas, resultará inferior a las 700 mil colocadas el año anterior, en valores rendirá mucho más, superando los 1450 millones de dólares (contra 1300 millones en el 2005). Los precios acordados para el mercado interno, además, se están cumpliendo. “Si hubieran seguido nuestro consejo de autorregularse, no habría sido necesario imponer restricciones a la exportación”, remató con un reto afectuoso la ministra.

Los directivos de la Rural, encabezados por Luciano Miguens y Hugo Biolcatti, presentaron como un plan de coyuntura para el sector ganadero el mantenimiento de los precios de los cortes más populares, como parte de un programa de liberación de las exportaciones. Miguens se quejó de que, por efectos de las políticas de regulación, “hay 300 millones de dólares que han perdido los productores y que pasaron a manos del sector industrial”. Miceli le replicó, con cierto humor, “aflojen un poco, que les voy a terminar poniendo una retención a la queja”. En ese mismo clima, se avanzó en un programa consensuado para seguir ordenando la cadena de la carne.

Uno de los aspectos que la cartera económica tocó puntualmente en el intercambio fue el del Instituto de Promoción de la Carne, entidad mixta cuya orientación la suelen fijar los productores. Economía se quejó de que, desde sus campañas, se aliente el consumo de carne vacuna, cuando lo que se busca como política es aumentar los excedentes exportables. “¿Qué espera? ¿Que promocionemos el pollo?”, respondió uno de los dirigentes rurales vinculados con el IPCV. La respuesta fue que habrá que empezar a trabajar en promover una dieta más equilibrada con otras carnes. Quedaron en seguir analizándolo.

Hoy será el turno de Confederaciones Rurales, hasta mediados de año la entidad opositora más dura. En Economía confían en que soplan vientos más favorables y este tercer diálogo con la dirigencia no cortará el clima de reencuentro que se vivió en los dos ya realizados.