En medio de la tensión, los acuerdos entre el gobierno federal y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) comenzaron a implementarse. El gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, destituyó al máximo representante del área de Educación del estado, Emilio Mendoza Kaplan. Mientras tanto, el miedo instalado por las recientes bombas se hacía sentir en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en México. El edificio fue desalojado ayer, luego de recibir una amenaza de coche bomba frente al edificio de 14 pisos que ocupa en la colonia Polanco (una de las zonas más caras de la ciudad). De hecho, el cuerpo diplomático acreditado en México ya había expresado al gobierno de Vicente Fox su preocupación por la seguridad en embajadas y consulados, luego de los ataques con bomba ocurridos la semana pasada en esta ciudad, la crisis en Oaxaca y el clima de incertidumbre hacia la toma de posesión del presidente electo Felipe Calderón, el próximo 1º de diciembre.

Este hecho se suma a los temores de violencia generalizada en México expresados ante la Secretaría de Relaciones Exteriores por el embajador de Belice, Salvador Figueroa, decano del cuerpo diplomático, quien hizo llegar al jefe de protocolo mexicano la inquietud de las 79 embajadas y 39 organismos internacionales acreditados en México, cuyas instalaciones estarían en riesgo. De éstas, sólo unas cuantas –como la de Estados Unidos– cuentan con vigilancia policíaca las 24 horas. La Cancillería aseguró al embajador Figueroa que no existe peligro para los inmuebles que ocupan las sedes de embajadas y misiones diplomáticas en la ciudad, según la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.

Los temores de los diplomáticos extranjeros obedecen al clima de incertidumbre que vive el país luego de las controvertibles elecciones presidenciales del pasado 2 de julio y a la tensión poselectoral que aún no desaparece, particularmente por el amago del Partido de la Revolución Democrática que insiste en impedir la toma de posesión de Felipe Calderón como presidente de México el próximo 1º de diciembre. Por su parte, el PRI “sugirió” a Calderón reconsiderar su asistencia al palacio legislativo de San Lázaro y buscar otra manera de asumir el cargo. Pero el conservador Partido Acción Nacional advirtió ayer que la ceremonia protocolaria se realizará en la Cámara de Diputados “aunque sea necesario el uso de la fuerza pública”, según el coordinador de la bancada derechista Héctor Larios, quien ayer coincidió con el coordinador de los senadores de ese mismo partido y ex secretario de Gobernación Santiago Creel, al advertir que “si hay violencia (ese día) no será por parte nuestra y si alguien la ejerce se le aplicará la ley”.