Aun antes de tomar posesión como presidente de México, Felipe Calderón ya sufrió dos tropezones. Primero, la designación de un presunto violador de derechos humanos como secretario de Gobernación. Segundo, el riesgo de cancelación de la ceremonia protocolar de cambio de poderes que debería realizarse mañana. La ceremonia quedó seriamente comprometida por los legisladores del propio partido de Calderón, el derechista PAN, quienes tomaron desde el martes la tribuna de la Cámara de Diputados y rechazaron a golpes a sus pares del izquierdista PRD.

Incluso, el canciller Luis Ernesto Derbez reconoció ayer que existe el riesgo de que algunas de las 96 delegaciones extranjeras acreditadas cancelen su asistencia al acto. Según la Cancillería mexicana, entre los invitados especiales que habían confirmado su presencia están los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner. y los mandatarios de Colombia, Perú, Paraguay, Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Honduras, así como los primeros ministros de Belice y Tanzania, junto con el príncipe Borbón, que representará a España, y el ex presidente George Bush padre, que encabezaría la delegación de Estados Unidos. En la Argentina nunca se confirmó el viaje de Kirchner y ayer se anunció que la delegación argentina será encabezada por el vicepresidente Daniel Scioli.

Legisladores del derechista PAN y del izquierdista PRD mantienen una disputa por el control de la tribuna de la Cámara de Diputados desde la tarde del martes, en la que han pasado de los golpes a los cantos, de las consignas gritadas a las pancartas improvisadas.

La mayor parte de las bancadas de estos partidos pasaron la noche en el salón de plenos como pudieron: algunos trataron de conciliar el sueño en sus curules, unos cuantos en bolsas de dormir y varios de plano sobre la alfombra.

Al menos cinco trifulcas se han registrado –la última, la noche de anteayer–, en las que varios diputados han resultado con esguinces y uno de ellos hasta con fractura de tobillo. La madrugada de ayer, el duelo fue a voces, entonando canciones como rancheras y boleros.

Mientras tanto, los coordinadores parlamentarios del PAN y del PRD sostienen negociaciones que hasta el momento han sido infructuosas para destrabar el conflicto.

El PAN rechaza cambiar la sede de la transmisión de poderes, aunque ha aceptado que podría realizarse en el lobby del recinto, en lugar del salón de plenos, incluso con el uso de la fuerza pública federal; por su parte, el PRD sostiene que impedirá la toma de posesión del cuestionado Felipe Calderón en cualquier lugar donde pretenda hacerlo, para lo cual discutía ayer las estrategias a seguir.

Esto se suma al rechazo generalizado del nombramiento de Francisco Ramírez Acuña como secretario de Gobernación. Académicos, analistas, los principales organismos de derechos humanos oficiales y no gubernamentales, así como todos los partidos de oposición han criticado su designación como principal interlocutor político del gobierno de Calderón.

Se le cuestiona su desempeño como gobernador de Jalisco, marcado por denuncias de torturas contra altermundistas en mayo de 2004, durante la cumbre de mandatarios de América Latina, el Caribe y la Unión Europea; por su desprecio por las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y por su abierta intervención en las elecciones locales y federales de julio pasado para favorecer a los candidatos de su partido mediante el uso de las instituciones estatales.

Por lo pronto, extraoficialmente ha trascendido que algunas delegaciones extranjeras contemplan la posibilidad de cancelar su asistencia al acto, debido a la confrontación entre legisladores que, de facto, hace imposible la realización de la ceremonia. Según fuentes de la Cancillería mexicana, una de ellas es la argentina.